Francisco: “Las Iglesias orientales deben ser amadas porque enriquecen la comunión católica con su rica historia y peculiaridad”

El Papa ha recibido en audiencia a los participantes en la 97ª Asamblea del Encuentro de la ROACO

El papa Francisco, en la audiencia del 3 de mayo de 2024

“Las Iglesias orientales deben ser amadas: preservan tradiciones espirituales y de sabiduría únicas, y tienen mucho que decirnos sobre la vida cristiana, la sinodalidad y la liturgia. Enriquecen la comunión católica con la grandeza de su historia y su peculiaridad”. Así lo ha expresado el papa Francisco en su audiencia de hoy con los participantes en la 97ª Asamblea del Encuentro de las Obras de Ayuda a las Iglesias Orientales (ROACO), que se desarrolla en Roma del 24 al 27 de junio de 2024.



“Pero esta belleza está herida”, ha advertido el Papa. “Muchas Iglesias orientales están aplastadas por una pesada cruz y se han convertido en ‘Iglesias marciales’: llevan en sí los estigmas de Cristo. Sí, así como la carne del Señor fue traspasada por los clavos y la lanza, así muchas comunidades orientales están heridas y sangrando por los conflictos y la violencia que sufren”.

Ejemplo de ello, ha dicho, son los lugares donde están presentes: Tierra Santa, Ucrania, Siria, Líbano, el Cáucaso, Tigray… “Allí mismo, donde vive gran parte de los católicos orientales, la barbarie de la guerra hace estragos de forma brutal”, ha aseverado.“Y nosotros, hermanos y hermanas, no podemos permanecer indiferentes”.

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Herencia espiritual

“Os ruego, os pido con el corazón en la mano, que sigáis sosteniendo a las Iglesias católicas orientales, ayudándolas, en estos tiempos dramáticos, a estar fuertemente arraigadas en el Evangelio”, ha pedido Francisco. “Con su apoyo, podrán contribuir a compensar lo que el poder civil debería garantizar a los más débiles, a los más miserables, pero que no puede, no sabe o no quiere garantizar”.

Además, el Papa ha advertido acerca de la diáspora que viven “muchos cristianos orientales que huyen de conflictos o migran en busca de trabajo y mejores condiciones de vida: muchos, por tanto, viven en la diáspora“. “Es un tema actual e importante: algunas Iglesias, debido a las migraciones masivas de las últimas décadas, tienen a la mayoría de sus fieles fuera de su territorio tradicional, donde la atención pastoral es muchas veces deficiente por la falta de sacerdotes, de estructuras y de conocimientos adecuados”, ha señalado.

Y así, “quienes ya han tenido que abandonar su patria corren el riesgo de verse empobrecidos incluso en su identidad religiosa; y con el paso de las generaciones se va perdiendo la herencia espiritual oriental, riqueza imperdible para la Iglesia católica”.

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