El Papa pide a los historiadores que busquen la verdad ya que “las ideologías matan”

Francisco recibe en audiencia a los miembros del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, organismo vaticano que cumple 70 años

El papa Francisco recibió en audiencia este sábado, 20 de abril, a los miembros del Pontificio Comité de Ciencias Históricas, organismo vaticano que cumple 70 años. El pontífice invitó a los expertos a “ampliar las relaciones científicas y humanas, evitando tentaciones ideológicas y toda forma de cerrazón mental e institucional” para crear una “civilización del encuentro y contrastar la incivilidad del enfrentamiento.



Diplomacia de la cultura

Les invito a continuar el trabajo de investigación histórica abriendo horizontes de diálogo, donde puedan llevar la luz de la esperanza del Evangelio, esa esperanza que no defrauda”. Fue la propuesta del Papa que denunció un “peligroso conflicto global a pedazos, al que no podemos asistir inertes”. Por ello Francisco defendió una “diplomacia de la cultura”, alimentada por el encuentro y la colaboración entre investigadores de todas las culturas y religiones y por el diálogo entre la Iglesia y el mundo, siempre respetuoso de la verdad y libre de ideologías “que matan”.

Bergolgio destacó de la institución pontificia su “compromiso en la búsqueda de la verdad histórica a escala global, en un espíritu de diálogo con las diversas sensibilidades historiográficas y las múltiples tradiciones de estudios”. En ese sentido, instó a que “es bueno que colaboren con otros, ampliando sus relaciones científicas y humanas, y evitando formas de cerrazón mental e institucional”. Esta perspectiva plural hecha “de escucha constante y atenta, libre de toda ideología –las ideologías matan– y respetuoso de la verdad”. Y es que, añadió, “la Iglesia camina en la historia, junto a las mujeres y los hombres de todos los tiempos”.

Para el papa “la Iglesia está en medio entre Cristo y la comunidad humana, no replegada sobre sí misma, no como un velo opaco que impide la vista, no un fin en sí misma, sino, por el contrario, esforzándose constantemente por ser toda de Cristo, en Cristo, para Cristo, por ser toda de los hombres, entre los hombres, para los hombres, intermediaria verdaderamente humilde y excelente entre el Divino Salvador y la humanidad”. Y es que, deseó, “que sus estudios históricos les hagan maestros en humanidad y servidores de la humanidad”.

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