Editorial

Ellas pueden llevar las cuentas… y mucho más

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Agosto ha traído consigo el nombramiento quizá más significativo en materia de igualdad en la Santa Sede de las últimas décadas. En el Consejo de Economía han irrumpido seis profesionales con nombre de mujer. El órgano asesor estaba compuesto hasta ahora únicamente por hombres. De un día para otro, ellas se acercan a la mayoría, frente a otro laico más y ocho cardenales.



Voz y voto

Una muestra de que, sin echar mano de cuotas ni discursos placebo, es posible que el genio femenino tenga voz y voto en espacios de liderazgo, donde su servicio es tanto o más necesario que esa base sobre cuyos hombros descansa una labor callada y todavía hoy no reconocida. Basta con echar un vistazo al currículum de todas ellas para constatar que son economistas de primera línea que viven desde una vocación cristiana su misión en el corruptible mundo de las finanzas.

Si nada hace sospechar de sus capacidades para gestionar la hucha vaticana, tampoco habría por qué dudar de otras muchas mujeres que podrían asumir tanto puestos técnicos como pastorales que se renuevan en la Iglesia sin pensar siquiera que ellas no solo pueden llevar las cuentas, sino también la iniciativa en la teología y la evangelización.

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