Se cumplen 20 años del genocidio que asoló el país africano

Corna de flores en el memorial del genocidio, en Kigali.
VIDA NUEVA | Dos décadas después del genocidio, las heridas siguen abiertas en Ruanda. La Iglesia, como les recordó el papa Francisco a sus obispos, en visita ad limina, tiene un papel muy importante en la reconciliación entre hutus y tutsis.
No será fácil –no lo está resultando, de hecho–, pues durante aquella tragedia la Iglesia pudo hacer más para evitar tanto derramamiento de sangre, como se cuenta en nuestro A Fondo. Por eso, hoy, su tarea tiene que ser, en primer lugar, la de mostrar la coherencia de quien predica que hay que amar al prójimo, independientemente de etnias, y ser, en palabras del Papa, una Iglesia “en salida”, que sepa tomar la iniciativa y generar confianza en una sociedad que aún sigue sufriendo las secuelas de aquella pesadilla.
En el nº 2.898 de Vida Nueva
- El Papa recuerda el genocidio en Ruanda el pasado abril:
Video-news service provided by Vatican Radio and Vatican Television Center
© Radio Vaticana-Centro Televisivo Vaticano
INFORMACIÓN RELACIONADA:
- A FONDO: Ruanda: La Iglesia aún purga sus culpas
- IGLESIA EN EL MUNDO: Víctimas españolas
LEA TAMBIÉN:
- LIBROS: La fe en África (solo suscriptores)
- EDITORIAL: África exige justicia