EDITORIAL VIDA NUEVA | La Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal decidió no publicar ningún documento con motivo de las elecciones. Por mayoría se aprobó acompañar a toda la ciudadanía, sin apuntar ni condicionar, conscientes de la misión de orientar conciencias, pero no de sustituirlas o dirigirlas. Esta decisión colegiada que refleja confianza en la madurez del laicado no implica que los obispos, a título personal, se manifiesten e inviten a los cristianos a participar de forma activa con su compromiso y su voto, además de apelar a los políticos al consenso, a través de cartas pastorales o entrevistas, como la realizadas por el arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, a Vida Nueva.
Sin embargo, sorprende que en la antesala del 26-J, y el mismo día que se abre una nueva Permanente, los obispos de la Provincia Eclesiástica Levantina se desmarquen, como colectivo, de Añastro y publiquen sus orientaciones electorales. Y llama la atención que, en la minuciosa descripción de indicaciones al votante católico, ignoren, por ejemplo, las propuestas de Cáritas por una sociedad más justa, surgidas de Iglesia, servidora de los pobres, documento que la Conferencia Episcopal citó como referencia para la reflexión de los católicos.
En el nº 2.994 de Vida Nueva. Del 25 de junio al 1 de julio de 2016
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