Día Mundial de la Madre Tierra: la Red Iglesias y Minería, Manos Unidas y Selvas Amazónicas claman por la justicia climática

Varias instituciones eclesiales se vuelcan hoy a la hora de interpelar al mundo sobre la importancia del cuidado de la Creación

Mujer indígena del Amazonas

Este 22 de abril se celebra el Día Mundial de la Madre Tierra y, como no podía ser de otro modo, varias instituciones eclesiales se están volcando a la hora de interpelar al mundo sobre la importancia del cuidado de la Creación.



De hecho, Manos Unidas ofrece motivos para la esperanza al dar a conocer la evolución de “tres nuevos proyectos en Camboya, Paraguay y Madagascar, con el objetivo de combatir la injusticia climática”. El primero, en el enclave asiático, trata de hacer frente a las fuertes sequías “capacitando a los agricultores de 28 aldeas de seis comunas de la provincia de Siem Reap, en el norte del país, en técnicas de cultivo y variedades de arroz resistentes a la sequía, diversificación de cultivos de hortalizas y cría de pollos”.

Contra la deforestación

En Paraguay, el gran reto a combatir es la deforestación, donde, “en los últimos años, su masa boscosa ha disminuido de manera drástica, pasando de 9 millones de hectáreas originales a 1,3 millones en 2016, según datos de la World Wildlife Fund (WWF)”. Frente a ello, Manos Unidas promueve un proyecto “para fortalecer las capacidades de gobernanza e incidencia de la sociedad civil” en el que participan “cerca de 25.000 personas (que forman parte de 14 organizaciones de productores), 43 comités de mujeres, 64 comunidades indígenas de seis pueblos originarios y 140 funcionarios locales en 126 comunidades”.

Y de América pasamos a África. Concretamente, a Madagascar, cuyo principal flagelo también es la deforestación, viendo cómo “cada año desaparecen 300.000 hectáreas de bosque”. Frente a ello, “desde hace más de 30 años, la Archidiócesis de Antsiranana está trabajando en el desarrollo de la región y la lucha contra la pobreza desde la ecología integral. Manos Unidas colabora con este socio local en un proyecto en la región de Diana, al noreste del país, con la creación de viveros, jornadas de reforestación y eventos medioambientales. En estos últimos, participan más de 300 personas, entre ellos, estudiantes y profesores de tres escuelas y miembros de cuatro comunidades locales”.

Más pobreza en las zonas rurales

También en la web de la ONG católica, Marco Gordillo, coordinador del Departamento de Incidencia y Alianzas, llama a apostar por el desarrollo sostenible y denuncia que “el 80% de las personas más pobres viven en zonas rurales. Su subsistencia depende de la salud de los ecosistemas y el cambio climático incide en la producción de alimentos”. Por ello, “trabajar por la salud de los ecosistemas es imprescindible para que la gente más pobre pueda vivir con dignidad. Y eso pasa por el cuidado de la Tierra”.

La Red Iglesias y Minería, a la que pertenece la plataforma eclesial Enlázate por la Justicia (conformada por Cáritas, CEDIS, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES), distribuye un artículo del marista Afonso Murad en el que reflexiona en torno a ‘Mensuram Bonam’ (‘Buenas Medidas’), documento que en noviembre de 2022 publicó la Pontificia Academia de las Ciencias Sociales, de la Santa Sede, en torno a una orientación ética a la hora de invertir financieramente, desaconsejando explícitamente invertir en la minería.

Inversión con criterios éticos

Como recalca Murad, “adoptar una cultura de inversión diferente no es fácil. Requiere aprender y desaprender, cambiar supuestos y expectativas, y replantearse cuidadosamente cada etapa del proceso de inversión. El papa Francisco ha introducido una metodología para leer los signos de los tiempos, que puede aplicarse a las inversiones basadas en la fe”.

Así, desde la conciencia clara de que “elegir en qué organizaciones invertir no es una tarea neutra”, sino que “tiene que ver con nuestros carismas, nuestra espiritualidad y nuestra misión”, ‘Mensuram Bonam’ “propone criterios positivos para orientar las decisiones”. En positivo y en negativo, pues es evidente que “existen posibles criterios de exclusión”, existiendo “indicadores de organizaciones productivas o financieras en las que no se debería invertir porque no cumplen los requisitos sociales, medioambientales y humanos”.

No a la minería y sí a los fondos sostenibles

Desde este paradigma, la conclusión de Murad es clara: “Esta es la tarea que tienen por delante todos los que están al frente de organizaciones católicas complejas y de sus obras (obispos, provinciales, superiores generales y sus consejos): desinvertir en empresas mineras y otras que también dañan el medio ambiente y deshumanizan a los pobres. Y, a cambio, invertir en fondos sostenibles y destinar eficazmente los recursos a su misión”.

Otro aporte es el de Selvas Amazónicas, de los Misioneros Dominicos. En una nota de cara al Día Mundial de la Madre Tierra, reiteran que esta es “una fecha marcada en los calendarios por las Naciones Unidas con el objetivo de concienciar a la humanidad sobre los problemas de la superpoblación, la contaminación y la importancia de la conservación de la biodiversidad”.

Por ello, la comunidad dominica recalca que “también es un derecho. Es una de las tres T (tierra, techo y trabajo)” que, como reivindica siempre el papa Francisco, “dan sentido a la vida humana, ya que aportan condiciones de vida dignas y justas para todas las personas”.

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