José Beltrán, director de Vida Nueva
Director de Vida Nueva

La forma o el fondo


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VIERNES. Subida al Tabor. Peligro de quedarse embobado. Pero no. Basta con asormarse a un grupo de WhatsApp y bajar de golpe. Un nuevo luto. Otro ERTE. El plan.

DOMINGO. Misa televisiva confinada. Juan del Río. Arzobispo castrense. Desde la capilla de la sucesión apostólica. “¿Quién ha dicho que la Iglesia no aparece? Está más viva que antes. Podrán estar vacíos los templos, pero nosotros no dependemos de edificios sagrados”. Cada casa, una Iglesia doméstica. Cada comida entregada por Cáritas, un misionero. “La liturgia cristiana no se ha apagado, sino que se cuela por todos los rincones. Hay que anunciar la alegría del Evangelio. A vosotros que lloráis, os traigo un mensaje de esperanza”. Yo, me quedo en el análisis de la homilía. Mi madre, con otro detalle: “Este obispo sonríe, es el primero de las misas de la tele que tiene un gesto así”. Será la Pascua.



LUNES. Que el protagonista de una novela para adolescentes premiado por una editorial católica sea un transexual, no implica exaltación ni apología. Un relato más en una trama policiaca. Juzgar antes de leer. Una vez más, la falta de lectura y el juicio anticipado destapan la ignorancia de la condena. Ideología en quien sentencia, no en el narrador. Simplemente, una obra que refleja una realidad que los jóvenes viven y palpan. Que se puede orillar. Que se puede ocultar. Que se puede ignorar. Que se puede hasta condenar. Pero que no por ello es menos realidad. Y no por ello se es menos persona, menos hijo, menos hermano. O hermana.

MARTES. Hay quien se empeña en volver ya a misa y llenar su parroquia bajo el argumento de los bienes de primera necesidad y con real decreto bajo el brazo. “Como comprar el pan”. Peligrosa comparación. Comercio sacramental. No sé si hemos aprendido de verdad la lección de todo esto. El rito o la vida. La forma o el fondo.

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