Redactor de Vida Nueva Digital y de la revista Vida Nueva

¿Encabeza el cardenal Burke un sínodo paralelo?


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La capa

El cardenal estadounidense Raymond Leo Burke está en campaña. Con el comienzo de la asamblea sinodal en Roma ha participado en distintos actos y se le ha visto más activo fuera del cómodo apartamento del que goza en las inmediaciones de la Plaza de San Pedro. En su cartel de presentación no podían faltar sus imágenes luciendo la ‘capa magna’, una prenda litúrgica medieval que solo se encuentra en uso en determinados grupos tradicionalistas.



Un perfil de Instagram de este tipo, ‘Mirari vos’, rescataba una de las apariciones de Burke con esta capa que, señalaban, “es un sacramental poderoso –como la sotana o cualquier vestidura litúrgica– porque aumenta la fe en los corazones de los creyentes y de los que aman a Cristo. Hay que estar entrenado y versado en la lectura de símbolos para entender por qué la Iglesia, en su sabiduría, ha preservado el uso de esta vestidura”. Tras señalar algunos datos de la vinculación del sacerdote a Cristo en su pasión apuntaban que “este sacramental en particular atormenta a los voluntariamente ciegos. Los envía, casi como un exorcismo, a un retorcimiento y agonía vengativos y rencorosos”.

Ante esos endemoniados que no saben apreciar el simbolismo de la capa, añadían los administradores del perfil que “se burlan de quienes ven la belleza del simbolismo cristocéntrico y lo tachan de anticuado o medieval. Sin embargo, se niegan voluntariamente a reconocer que allí donde se utiliza este símbolo tan digno, allí también están los jóvenes, acudiendo en masa a la auténtica comprensión del sacerdocio y a la solemnidad y seriedad del culto formal”.

Me parece que el pequeño vídeo que acompaña a este texto está grabado en una iglesia de Florencia atendida por el Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote –profundizaremos en ella en el blog de la semana que viene–. Lo cierto es que a Burke se le ha visto con la prenda en otras celebraciones en Roma o Estados Unidos cuando en 2018, la usó en una ceremonia en la catedral de Washington, D.C. para celebrar el centenario de la fundación de la archidiócesis. Ahora bien, hay que decir que el purpurado también se ha puesto, más allá del gremial en la liturgia, un delantal para servir a los seminaristas del mismo Instituto de Cristo Rey Sumo Sacerdote en la comida del Viernes Santo sin perder su dignidad cardenalicia o sin que se le caiga el anillo –también cardenalicio–.

Burke Delantar

Las dubia

Pero su principal ariete contra este signo no esta prenda litúrgica. Burke y sus seguidores quieren encontrar su particular ‘Pachamama’ en una carta con cinco ‘dubiaque parece que tendrán poco recorrido entre los padres y las madres sinodales. No es solo que filtrar los ‘dubia’ que Burke junto a Brandmuller, Sandoval, Sarah y Zen le enviaron al Papa el 10 de julio (y que este les respondió privadamente al día siguiente), a 48 horas del Sínodo les haya servido para recabar nuevos apoyos; sino que las nuevas apariciones públicas tampoco están teniendo excesiva repercusión como la llamada conferencia internacional de ‘La Babel sinodal’ a la que acudieron Raymond L. Burke y Robert Sarah.

La ponencia de Burke llevaba por título ‘La sinodalidad contra la verdadera identidad de la Iglesia como comunión jerárquica’. Con esto ya no hacía falta mucho más. Simplemente defendió que “el Sínodo que hoy se abre esconde una agenda más política que eclesial y divina. Es clara la voluntad de modificar la constitución jerárquica de la Iglesia, con el consiguiente debilitamiento de la enseñanza en materia moral”, sin ninguna mención a la homilía o la apertura del Sínodo por parte del papa Francisco en la que podría encontrar algunos argumentos para apoyar su tesis más basada en el sínodo de lo medios que en el del Espíritu.

Mientras, contrasta pensar si la Iglesia de los Hechos de los Apóstoles se parece más a las mesas redondas con doce personas venidos de todos los lugares del mundo o, en cambio, encuentra su reflejo en el cardenal de la capa magna, por mucho que una vez al año se ponga el delantal. Puede que la sinodalidad sirva para reforzar la auténtica autoridad de los cristianos que está en el servicio como lo vivió Cristo hasta el extremo y no en el poder que otorga la posición jerárquica. ¿Será esta la contraofensiva que tiene que durar hasta la sesión de octubre de 2024?