25/09/2021 | Grupo Erasmo
Los que amamos la Iglesia vivimos hoy en la paradoja de observar, por un lado, las muchas tareas sociales encomiables que realiza y los esfuerzos pastorales de renovación, junto a la no menos evidente falta de estima por parte de muchos sectores sociales y el goteo imparable de deserciones internas. Nos preocupa la dificultad de la institución para representar una esperanza para los hombres y mujeres de hoy, y lo poco que los laicos decimos al respecto. Porque la renovación de la Iglesia es cosa de todos