(Joaquín L. Ortega– Sacerdote y periodista)
“Gala confiesa que creer en Dios se le hace ‘de difícil digestión’. Necesitaría que se lo pidiera ‘un Dios explícito’, un Dios sólo para él. Y uno se queda pensando si quien concibe así su ateísmo se empeña en ser ateo o sólo en parecerlo”
Allá por los años noventa del pasado siglo, se me ocurrió escribir un Muestrario de cristianos que me brindó la oportunidad de presentar a los lectores hasta 350 tipos diferentes. Leyendo a Von Balthasar vi que él se preguntaba: “¿Dónde hay una respuesta inequívoca a la pregunta sobre quién es un cristiano?”. Me dio por coleccionar y analizar lo que ocurría a mi alrededor y, casi sin quererlo, me encontré con una vasta tipología de cristianos de todos los colores y pelajes. A todos los fui metiendo poco a poco en una virtual Arca de Noé.
Pero hete aquí que un amigo de los de siempre me retaba, hace pocos días, a intentar de nuevo otro muestrario. Esta vez nada menos que de ateos. Según mi amigo, los ateos andan también hoy escasos de fe en lo suyo.
En un periquete nos fue saliendo una sarta de ateos actuales. El ateo “según y como”, el ateo “por la gracia de Dios”, el ateo “de raza”, el ateo “por si acaso”, el “probablemente ateo”, el ateo “de rebote” o el “necesariamente ateo”. Todo quedó en una conversación divertida y nada frívola.
El anzuelo se me quedó dentro, y un suelto de Antonio Gala en El Mundo me proporcionaba gratis un tipo genuino de “ateo de hoy”. El que yo llamaría el “presuntamente indómito”. Es el que presume de su ateísmo como consecuencia de su naturaleza racional. Gala confiesa que creer en Dios se le hace “de difícil digestión”. Necesitaría que se lo pidiera “un Dios explícito”, un Dios sólo para él. Y uno se queda pensando si quien concibe así su ateísmo se empeña en ser ateo o sólo en parecerlo. Por si acaso, habrá que meterlo en el hipotético “muestrario de ateos”.
En el nº 2.681 de Vida Nueva.
