Ya no se trata de remiendos

José Ignacio López(José Ignacio López– Periodista argentino del diario La Nación)

“La crisis financiera, que ha puesto de manifiesto el afán excesivo de lucro por encima de la valoración del trabajo y del empleo, ha hecho evidente que la globalización, como está configurada hoy, no ha sido capaz de interpretar y reaccionar en función de valores objetivos, que constituyen lo más importante de la vida humana”

Para los obispos de América Latina y el Caribe, la hecatombe económico-financiera que sacude al mundo y mantiene perplejos y despojados de vaticinios y certezas a expertos y gurúes es un derivado de la crisis cultural y moral, y reclama un nuevo orden económico internacional. “Nadie pone un remiendo de tela nueva en un vestido viejo porque lo añadido hará encoger el vestido y el daño se hará mayor”, dice el Evangelio de Mateo y, como el Papa, también de esa cita se valió el CELAM al lanzar su mensaje ante la crisis actual.

Tan expresivo como esta declaración resulta que se haya difundido mientras aún dialogaban obispos latinoamericanos y de los Estados Unidos y Canadá, congregados al amparo de aquella intuición pastoral de Juan Pablo II que fue el Sínodo de América. Esta vez -como se anticipó en esta columna- el encuentro se desarrolló en Pilar, a las afueras de Buenos Aires. Desde aquel recordado Sínodo hasta hoy, anualmente obispos del Norte y del Sur examinan juntos realidades socioeconómicas y políticas que exhiben desigualdades e injusticias, fuente de confrontación y hasta enfrentamientos, y que hoy parecen haber estallado. 

La crisis financiera, que ha puesto de manifiesto el afán excesivo de lucro por encima de la valoración del trabajo y del empleo, ha hecho evidente que la globalización, como está configurada hoy, no ha sido capaz de interpretar y reaccionar en función de valores objetivos, que constituyen lo más importante de la vida humana y, muy especialmente, la dignidad y los derechos de todos, aun de quienes viven al margen del mercado. Un nuevo orden se reclama, y quizás esta vez se halle otra sensibilidad para dejar de lado los remiendos, porque el desempleo, la pobreza, las migraciones forzosas ya no son sólo patrimonio de los pobres y excluidos.

jilopez@vidanueva.es

En el nº 2.650 de Vida Nueva.

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