Optimismo

(Inés Robledo Aguirre– Málaga) Encuentro dos citas el mismo día hablando del optimismo. Leopoldo Abadía, señor de 76 años, que escribe el libro La hora de los sensatos, nos dice con gran experiencia: “El optimismo no consiste en ignorar lo que pasa, sino en luchar con uñas y dientes por mejorar una situación”. La frase, formulada por éste en la sesión inaugural de las Jornadas del Sur, en el Instituto San Telmo, tiene un empuje para hacernos pensar que es posible vivirlo.

Luis Rojas Marcos, psiquiatra sevillano que vive en Nueva York, le ha dedicado una docena de libros al optimismo. En ellos resalta: “La capacidad de uno para sobreponerse ante la adversidad es apoyarse en las relaciones afectivas de cada persona, a veces en grupos, familiares, religiosos o de amistad; así se tiene más posibilidad de salir a flote que en soledad”.

Podía ser un doble mensaje para esta sociedad que, vacía de viejos valores, no fija su referencia en Dios, que da seguridad, que nos conduce al optimismo.

En el nº 2.697 de Vida Nueva.

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