Nuevo capítulo en la historia de la Iglesia

ARMAND PUIG I TÀRRECH, decano de la Facultad de Teología de Cataluña |

El papa Francisco ha demostrado en cuatro días que ha empezado un nuevo capítulo del papado en la historia de la Iglesia. De forma natural, sin estridencias de ningún tipo, en un ambiente de gran simpatía y evidente complicidad con el pueblo, el nuevo Papa ha corroborado la gran impresión que produjo su primera aparición en público.

El nuevo obispo de Roma habla y actúa con el lenguaje comprensible de la fraternidad y la sencillez del Evangelio. Nos encontramos ante un retorno, de fondo y de formas, al Evangelio sine glossa de Francisco de Asís, efectuado con todo el bagaje del Concilio Vaticano II y contando con los precedentes de los cuatro últimos sucesores de Pedro.

El papa Francisco recoge la profecía de Juan XXIII, el rigor intelectual de Pablo VI, el coraje de Juan Pablo II y las enseñanzas y líneas reformadoras de Benedicto XVI, que –ahora sí– podrán ser realizadas. El nuevo Papa será, también, un hombre de gobierno. Entramos en un nuevo ciclo, dominado por la fraternidad y la autenticidad.

El Espíritu Santo ha hablado inequívocamente, y empieza un tiempo tan apasionante como necesario. La política dejará paso a la espiritualidad, lo mundano y sinuoso quedarán sustituidos por lo diáfano.

El nuevo obispo de Roma habla y actúa
con el lenguaje comprensible de la fraternidad
y la sencillez del Evangelio. Nos encontramos
ante un retorno, de fondo y de formas,
al Evangelio sine glossa de Francisco de Asís.

Llega, pues, la hora de clarificar y acelerar el proyecto más importante de la Iglesia del Concilio Vaticano II: la nueva evangelización, es decir, el anuncio del Evangelio de Jesús a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, realizado con gestos y palabras, y acompañado por un diálogo vigoroso con el mundo en sus diversos registros sociales y culturales.

Con el papa Francisco, los pobres pasarán a ser los protagonistas de la historia de una Iglesia que no les olvida, ya que ve en ellos a los predilectos del Señor y Salvador Jesucristo. Se ha escrito que la frase “Iglesia pobre y para los pobres” podría ser el lema del nuevo pontificado.

Pero también podría ser su lema la oración, aquel Padrenuestro que el Papa latinoamericano quiso compartir con el Pueblo de Dios y con medio mundo el día de su elección. Me pregunto si es preciso escoger entre ambos lemas. El catolicismo tiene ante sí un gran futuro.

En el nº 2.841 de Vida Nueva.

NÚMERO ESPECIAL VIDA NUEVA: NUEVO PAPA

ESPECIAL WEB: PAPA FRANCISCO

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