Mientras se siguen recuperando de las aguas del Atlántico los cadáveres de los 228 fallecidos en el avión siniestrado de Air France, se suceden los actos religiosos en homenaje a las víctimas. En Notre Dame, en el corazón mismo de una Francia oficialmente laica, el presidente de la República, adalid del laicismo positivo, junto al cardenal de París y representantes de otras confesiones religiosas, usan un texto de Saint-Exupéry, escritor y aviador francés cuyo cuerpo no se encontró tras su accidente mortal. Una oración, un recuerdo, una mirada al infinito y pas de problème. En España corren raudos para maquillar una ley de libertad religiosa que eliminará los funerales de Estado. Más laicista que Francia. Ya lo dijo Zapatero: España tiene la responsabilidad de realizar en Europa “una misión laica”.
En el nº 2.664 de Vida Nueva.
