La romería sigue

(Ángel García Rodríguez, O.SS.T.- Málaga) Ahora que se celebran distintas romerías, con frecuencia sale a la palestra pública el complejo mundo de la religiosidad popular. Es un fenómeno que reúne a miles de personas en torno a la figura de María y en donde la fe va mezclada con el folclore, la fiesta y la tradición de los pueblos. Más allá de un riguroso análisis crítico de las apariciones de la Virgen, creo que lo más importante para la Iglesia es valorar la presencia masiva de la gente que se reúne en los santuarios y basílicas para rezar, expresar y vivir su fe.

El Santuario de la Virgen de la Cabeza de Andújar (Jaén) está dirigido desde hace 80 años por los Trinitarios. Éstos han llevado a término el anuncio de la “buena noticia”, la acción misericordiosa-redentora y, en su momento, la actividad de formación a la vida consagrada trinitaria a través de su Seminario Menor.

Quiero resaltar cómo Juan Rubio, director de esta revista, escribía el pasado 5 de mayo en El Mundo un acertado artículo presentando la realidad de fe y tradición de la romería de la Virgen de la Cabeza: “Cargada de fe y tradición lleva siglos sin el concurso periodístico y sin él puede seguir, porque anda en el alma del pueblo”. Consciente de que esta romería, y otras muchas, está expuesta a críticas, ha tenido el coraje de señalar que no se puede usar como arma mediática: “Sólo pierde la gente sencilla que seguirá asistiendo a su romería, incluso el día en que no aparezca cámara alguna por la sierra. La romería sigue. No sabemos si ellos (los medios) seguirán”. Esto lo corroboran tantos romeros y devotos de la Virgen de la Cabeza que recuerdan que la romería ha sido siempre “de familia y talega” de tela en donde se llevaba la comida.

En el nº 2.707 de Vida Nueva.

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