Cultura de muerte

berzosa-p(+ Raúl Berzosa– Obispo auxiliar de Oviedo)

“La vida debe ser protegida desde su inicio hasta su final. La alternativa al aborto es una sexualidad responsable; y buscar formas de ayuda y de acogida social y de adopción”

Promover la eutanasia, la manipulación genética y el aborto ofrecen un denominador común: muerte. En un caso, supuestamente ayudar a morir; en otro, destrucción de material genético; en el tercero, asesinato de un ser vivo.

Forman parte de la denominada cultura de la muerte. Me detengo en el aborto, sin entrar en las formas de la píldora del día después o de la ley de plazos. Ofrezco cuatro reflexiones. La primera, animo a ver los vídeos y fotos, escalofriantes y dramáticos, de cómo se realizan las técnicas abortivas. Existe un buen material sobre ello. Cuando se conoce dicha realidad, ésta habla por sí sola y es el mejor argumento para ir en contra. Segundo, invito a hablar con mujeres que han abortado y que están sufriendo el trauma de la depresión postaborto, con un complejo de culpabilidad que sólo se mitiga con la fe en un Dios misericordioso. Tercero, animo a leer a intelectuales, investigadores y médicos que se oponen con autoridad al drama social y humano que supone. Me hago eco de unas palabras de Gustavo Gutiérrez: “Quienes hablan de derecho a su cuerpo, hablan como esclavas… Hablar de propiedad del cuerpo es individualista, lo contrario al socialismo. La mujeres no tienen derecho a abortar, tienen la obligación de no abortar” (La Nueva España, 22-4-09). Cuarto, urge una reflexión profunda y un amplio debate no sobre el tema del aborto (muerte), sino sobre el milagro y la belleza de la vida. ¿En qué sentido? En descubrir que, cuando la madre concibe en su seno, el nuevo ser que lleva participa de tres derechos “positivos o legales”: el del padre, el de la madre y el del no-nacido. La madre sola no puede decidir. También está en juego un derecho radical y fontal: el que tiene Dios, como autor de la Vida. 

Concluyo: la vida debe ser protegida desde su inicio hasta su final. La alternativa al aborto es una sexualidad responsable; y buscar formas de ayuda y de acogida social y de adopción. A esto se llama cultura alternativa de la vida.

En el nº 2.665 de Vida Nueva.

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