Actualidad del Génesis

Francisco-M-Carriscondo(Francisco M. Carriscondo Esquivel– Profesor de la Universidad de Málaga)

“Es lo propio de esta posmodernidad: contradecirse a sí misma siempre que con ello se esté al dictado de unas determinadas ideas, por lo demás, orientadas y maniqueas”

La publicación del cómic El Génesis, de R. Crumb, y de la novela Caín, de J. Saramago, han servido para traer el Génesis a la actualidad editorial. Antes de nada, conviene señalar que los mitos nunca dejan de tener vigencia, pues son ellos los que mejor reflejan, en su atemporalidad, el carácter poliédrico de la condición humana.

Ambas obras se aferran a la literalidad del mito. Y es ella, exenta de cualquier lectura en clave simbólica, la que se pone al servicio de ambos autores con unos fines que nos dejan, a los creyentes de los mitos y de las lecciones que de ellos siempre se extraen, en el peor lugar. El apego a la letra con que Crumb reproduce los sucesos del Génesis sirve para representarnos gráficamente unos episodios tremendistas, sin escatimar sugerencias rayanas incluso en la pornografía. Saramago, por su parte, emplea su espléndida lucidez para que nos distanciemos y observemos desde fuera la narración de la muerte de Abel a manos de Caín, y así extraer la fría conclusión de que es Dios el culpable del fratricidio.

Jamás la complejidad de la labor intelectual se había simplificado tanto y, sobre todo, con un fin tan arbitrario.

El reduccionismo se muestra obediente al ideal anticristiano. Valiéndose de la literalidad, a Crumb y a Saramago no les ha importado reducir la realidad mítica del Génesis al mecanismo de un botijo, sacrificándose de este modo la trascendencia del mensaje. Es lo propio de esta posmodernidad: contradecirse a sí misma siempre que con ello se esté al dictado de unas determinadas ideas, por lo demás, orientadas y maniqueas. No sé, a lo mejor se me exige reducir el mito de Edipo a un simple caso de violencia doméstica… Pero, antes de llegar a tales extremos, tiempo habrá de mostrar algunas vías alternativas a esta hoja de ruta que pretenden imponernos.

En el nº 2.689 de Vida Nueva.

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