El sacerdote jesuita Alfredo Infante, coordinador pastoral de ‘Venezuela Camina con José Gregorio Hernández’ y párroco de San Alberto Hurtado, en la parte alta de La Vega, Caracas, ha asegurado que tras las cuestionadas elecciones parlamentarias del 6 de diciembre “no triunfó el llamado a la abstención, eso sería atribuir a un sector político de la oposición un peso que no tiene”.
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Al contrario “lo que está sucediendo es dolorosamente algo muy grave: la despolitización del cuerpo social, una depresión política a causa de una creciente desconfianza del cuerpo social hacia la política”.
En terapia intensiva
El sacerdote ha señalado que la consulta popular convocada por la oposición también “se topará con este mismo fenómeno abstencionista”, porque “la única vía de solucionar nuestros problemas, la política, está en terapia intensiva”.
“En un escenario de descontento, de creciente crisis y desmovilización política, perdemos todos. El ejercicio inorgánico de la política sin vinculación con las expectativas y necesidades reales del cuerpo social ha profundizado la desconfianza y nos ha llevado a este filo del abismo”, ha dicho.
Facturado desde el poder
Infante ha recordado que la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV) y el Observatorio Electoral Venezolano (OEV) afirmaron que las parlamentarias fueron “un evento facturado desde el poder, no unas elecciones”.
Por tanto “para que haya elección debe haber unas condiciones mínimas de competitividad y un menú de posibilidades para que el votante discierna y decida. No fue este el caso. Los pocos partidos de la oposición política que concurrieron, y que lo hicieron con el convencimiento de no perder el espacio de la Asamblea Nacional, participaron en absoluta desventaja”.
Inclusive “la abstención fue muy alta”, por lo que “en el proceso previo como en el evento en sí, como era de esperarse, los resultados fueron tardíos, maquillados y totalmente favorables al régimen de facto”. Esta situación de baja participación se dará en la convocatoria de la oposición por la desconfianza hacia sus operadores políticos.
Mayor incertidumbre
El jesuita no duda en afirmar que “después del 05 de enero, Venezuela entrará en una mayor incertidumbre, porque se encontrará ante un gobierno con todos los poderes concentrados, sin legitimidad, con espíritu de triunfo y profundizando su proyecto autocrático”.
Además un gobierno que pese a tener todo el poder (Gobernaciones, alcaldías y parlamento) es “responsable de esta emergencia humanitaria compleja que está matando a nuestro pueblo de hambre, ha colapsado los servicios públicos y distorsionado la economía y, lo peor de todo, ha aniquilado el Estado de derecho”.
De igual modo ha indicado que “la actual Asamblea Nacional, con un respaldo popular en descenso, se encontrará también en los límites de la ilegalidad y con la legitimidad de origen cuestionada, una vez que haya pasado el tiempo previsto constitucionalmente para su renovación”.
Por ahora “la Iglesia, junto a las organizaciones de la sociedad civil, seguirá manteniendo su apuesta por el país, contra viento y marea, reconociendo la tormenta, pero sin resignarse ante ella, intentando leer en medio del desierto los signos de los tiempos”, finalizó.
Foto: Centro Gumilla