Edimburgo 2010: más allá de los “ismos”

Lucía Ramón(Lucía Ramón Carbonell– Profesora de la Cátedra de las Tres Religiones de la Universidad de Valencia)

“Hoy podemos afirmar con gozo y agradecimiento que, gracias a él, hemos avanzado mucho en el testimonio común del Evangelio. También que las Iglesias continúan comprometidas en un camino sin retorno en fidelidad a la llamada del Espíritu”

Qué significa la misión en un mundo globalizado y multicultural en pleno proceso de cambio? ¿Qué nos puede aportar el abordar esta cuestión en perspectiva ecuménica? Jesús vinculó expresamente el éxito de nuestra misión y la credibilidad de nuestro testimonio con la unidad de los cristianos: “Que todos sean uno, Padre, como tú y yo somos uno, para que el mundo crea” (Jn 17, 21). En la Conferencia Misionera de Edimburgo de 1910 volvió a resonar con fuerza la interpelación. Ello dio lugar a una realidad completamente nueva: el movimiento ecuménico contemporáneo.

Hoy podemos afirmar con gozo y agradecimiento que, gracias a él, hemos avanzado mucho en el testimonio común del Evangelio. También que las Iglesias continúan comprometidas en un camino sin retorno en fidelidad a la llamada del Espíritu, y se encontrarán en una nueva Conferencia Misionera en junio: Edimburgo 2010, tras un proceso de reflexión de cinco años, con el objetivo de discernir juntos los retos y las formas más apropiadas para la misión en el siglo XXI.

En Edimburgo 1910 fueron decisivas las voces de una escasa minoría de delegados orientales. Las palabras del delegado chino Ching Yi resuenan hoy tan proféticas como entonces: “Nos habéis mandado misioneros que nos han dado a conocer a Jesucristo, por lo que os estamos agradecidos. Pero, al mismo tiempo, nos habéis traído vuestras distinciones y divisiones… Os suplicamos que nos prediquéis el Evangelio y dejéis a Jesucristo resucitar en el seno de nuestros pueblos, por la acción del Espíritu Santo, la Iglesia conforme a sus exigencias y al genio de nuestra raza… liberada de todos los ‘ismos’ con que vosotros matriculáis la predicación del evangelio entre nosotros”.

En el nº 2.690 de Vida Nueva.

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