El Sínodo para África comienza el 4 de octubre en Roma, y entre la lista de participantes (unos 114) apenas se lee el nombre de una española: Miriam García Abrisqueta, presidenta de Manos Unidas. Sin desmerecer en absoluto a una organización que hace mucho y bien por ese continente, llama la atención que no haya ningún otro representante de la Iglesia española, habiendo como hay cientos de sacerdotes, religiosos y religiosas, laicos y hasta obispos en la misión. ¿Alguien se ha olvidado, o es que nuestra Iglesia no sabe “vender” esos “activos”? No es una cuestión de figurar por figurar, pero también los españoles deberían poder contribuir en un asunto tan complejo como es la consecución de la paz y la reconciliación en África, más otras razones de situación geoestratégica.
En el nº 2.677 de Vida Nueva.
