Un primer paso hacia la ordenación de mujeres

La respuesta del papa Francisco a una de las seis preguntas formuladas por las religiosas de la Unión Internacional de Superioras Mayores (UISG) marca un primer paso –pequeñísimo pero significativo– en el camino hacia la ordenación de mujeres.

“¿Qué impide que la Iglesia incluya a mujeres entre los diáconos permanentes, al igual que ocurrió en la Iglesia primitiva? ¿Por qué no crear una comisión oficial que estudie el tema?”, preguntaron las religiosas.

“Me gustaría establecer una comisión oficial que estudiara el tema y creo que sería bueno para la Iglesia aclarar este punto. Estoy de acuerdo y voy a hablar de hacer algo de este tipo”, respondió inicialmente Francisco y luego completó: “Con respecto al diaconado, sí, estoy de acuerdo y me parece que sería útil contar con una comisión para aclarar todo esto bien, sobre todo en lo que respecta a los primeros tiempos de la Iglesia”.

Con estas palabras, quedó abierta la posibilidad de ordenación de mujeres para el diaconado y, tras esta posibilidad, la de ordenar mujeres para el presbiterado. Porque lo que se planteó es la ordenación de mujeres.

Habrá que esperar a que el Papa nombre una comisión. También, que “habrá una discusión feroz”, como comentó el arzobispo Walter Kasper. Que más de uno y de una se escandalizarán. Que se esgrimirán argumentos para convencer a las mujeres que así como están están bien. Que el asunto tropezará con la mirada clerical de funcionarios vaticanos. Que correrá mucha agua bajo los puentes antes de que haya una respuesta positiva.

Pero el primer paso está dado.

Isabel Corpas de Posada

Teóloga

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