“Hemos culminado una legislatura en la que las leyes han cimentado una sociedad alejada de la antropología cristiana. La reválida del frente popular confirma una nueva etapa en la que el totalitarismo, la cultura de la cancelación hacia quienes se oponen a estos cimientos y la balcanización van a presidirla”. Así se ha expresado el ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja, durante su ponencia en el XXV Congreso Católicos y Vida Pública.
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El también presidente del Real Instituto Universitario CEU de Estudios Europeos ha sido el responsable de la ponencia marco del Congreso, organizado por la Fundación Universitaria San Pablo CEU y la Asociación Católica de Propagandistas (ACdP), que celebra esta edición sus 25 años con el lema ‘Vivir, compartir, anunciar: evangelizar’.
Mayor Oreja ha comenzado su alocución señalando que “25 años después del arranque de este Congreso hay que empezar destacando, agradeciendo, apoyando y elogiando el papel de su director, Rafael Sánchez Saus, quien, en la dificultad y adversidad frente a una moda dominante, ha sido capaz, junto a la ACdP, de mantener esta llama de esperanza y de fe”.
“Una transición en la mala dirección”
Para el ex ministro del Gobierno de Aznar, “hoy nos enfrentamos a otra transición en la mala dirección, impulsada por la crisis de la verdad y sostenida por la comodidad”.
“A tenor del desorden generalizado que sufrimos en todas las sociedades occidentales, sin excepción, intuimos que estamos en el final de una etapa, de un periodo de Occidente -que no en el fin de Occidente-“, ha recalcado.
Y ha continuado: “Nuestra crisis hoy no es de supervivencia sino de comodidad. Nos hemos hecho esencialmente cómodos. Preferimos una mentira cómoda que una verdad incómoda. La causa entre las causas de lo que sufrimos es la falta de referencias permanentes, la pérdida y la falta de fe, la pérdida de un sentido de la trascendencia en nuestras vidas”.
En el mismo sentido, ha aseverado: “Lo singular en España es que hemos transitado de un crimen, de una violencia terrorista, a una mentira también determinante y decisiva. Del mal mayor, el crimen, se ha pasado a lo que dicen que es el mal menor, la mentira. La mentira en estos últimos años se ha hecho ley, norma, hábito, costumbre, necesidad…”.
