Los obispos de Estados Unidos dan la bienvenida a ‘Laudate Deum’ pese a la crítica del Papa contra ese país

En el penúltimo numeral de la exhortación apostólica, Francisco destacó un dato contundente del Reporte 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

papa francisco via crucis lisboa

Los obispos de Estados Unidos dieron la bienvenida a la nueva exhortación apostólica del papa Francisco ‘Laudate Deum’, pese a que el Santo Padre ha evidenciado a ese país por la cantidad de contaminantes que genera.



Si bien el Papa reconoce desde el inicio de la exhortación apostólica la preocupación de la Iglesia católica en Norteamérica por el cambio climático, en el penúltimo numeral del documento, el Pontífice destaca un dato contundente del Reporte 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente sobre la contaminación que la Unión Americana aporta al planeta.

Cambio climático, una añeja preocupación

La exhortación apostólica ‘Laudate Deum’ fue publicada este miércoles 4 de octubre, fiesta de san Francisco de Asís, ocho años después de la encíclica ‘Laudato sí’’, pues el Papa ha considerado que el ser humano no ha tenido reacciones suficientes, “mientras el mundo que nos acoge se va desmoronando y quizás acercándose a un punto de quiebre”.

En la introducción, el Pontífice reconoce el papel de la Iglesia en Estados Unidos, país considerado uno de los tres que más contaminan el planeta, junto con China e India.

“Es un problema social global que está íntimamente relacionado con la dignidad de la vida humana. Los obispos de Estados Unidos manifestaron muy bien el sentido social de nuestra preocupación por el cambio climático que va más allá de un planteo meramente ecológico”, escribió el Papa.

Y citando el documento Global Climate Change Background (2019) de la Conferencia de los Obispos Católicos de Estados Unidos, añadió: porque “nuestro cuidado mutuo y nuestro cuidado de la tierra están íntimamente unidos. El cambio climático es uno de los principales desafíos a los que se enfrentan la sociedad y la comunidad mundial. Los efectos del cambio climático son soportados por las personas más vulnerables, ya sea en casa o en todo el mundo”.

El llamado a los poderosos

En por lo menos tres ocasiones el Papa se dirige a los “poderosos” en ‘Laudate Deum’: primero, al citar ‘Fratelli tutti’: “Las verdaderas estrategias que se desarrollaron posteriormente en el mundo se orientaron a más individualismo, a más desintegración, a más libertad para los verdaderos poderosos que siempre encuentran la manera de salir indemnes”.

También cuando, a la luz de la misma encíclica, los cuestiona: “A los poderosos me atrevo a repetirles esta pregunta: ‘¿Para qué se quiere preservar hoy un poder que será recordado por su incapacidad de intervenir cuando era urgente y necesario hacerlo?'”.

Y finalmente, cuando se refiere a que una nueva cultura ecológica alimentaría la preocupación frente a las responsabilidades incumplidas de los sectores políticos y la indignación ante el desinterés de los poderosos.

Pero es en el numeral 72 donde el Papa expresa de alguna manera su preocupación por la generación de contaminantes en Estados Unidos, citando un dato del Reporte 2022 del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Si consideramos que las emisiones per cápita en Estados Unidos son alrededor del doble de las de un habitante de China y cerca de siete veces más respecto a la media de los países más pobres, podemos afirmar que un cambio generalizado en el estilo de vida irresponsable ligado al modelo occidental tendría un impacto significativo a largo plazo. Así, junto con las indispensables decisiones políticas, estaríamos en la senda del cuidado mutuo”, expone.

Los obispos de Estados Unidos dan la bienvenida a la exhortación

En su página web, los obispos de Estados Unidos dieron la bienvenida a la nueva exhortación apostólica ‘Laudate Deum’, y en este sentido se comprometieron a “dedicar tiempo a la exhortación en oración e identificar formas de continuar su testimonio compartido en nombre de la creación de Dios”.

Desde los años 90 del siglo pasado, el Episcopado norteamericano ha expresado su preocupación por el cambio climático, ubicándolo como un asunto moral para todas las personas de fe y de buena voluntad. Y ha dejado en claro que la degradación del medio ambiente perjudica principalmente a los pobres y marginados, que son los menos responsables de las causas.

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