La vicepresidenta de Nicaragua responde al obispo Báez y califica a la Iglesia de asesina

Rosario Murillo aseguró que fueron los sacerdotes quienes, en la crisis del 2018, mandaron a matar a la gente en los municipios, tocando las campanas: “Son criminales de lesa humanidad”

Rosario Murillo

Luego de que el pasado domingo 10 de septiembre, el obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, calificara de “altaneros, corruptos y culpables de crímenes de lesa humanidad” a los miembros de las fuerzas armadas y de la policía nacional de Nicaragua, el gobierno de Daniel Ortega respondió a través de la vicepresidenta Rosario Murillo.



En clara respuesta a lo dicho por el obispo Báez, quien desde el 2019 se encuentra exiliado en los Estados Unidos, la vicepresidenta Rosario Murillo acusó a la Iglesia Católica de “mandar a matar” durante la crisis social de 2018, provocada por las manifestaciones en contra de una reforma al sistema de seguridad.

“¿Quién mandaba a tocar las campanas? Y ahora se pronuncia, sacrílegamente. Porque el que manda a matar es sacrilegio lo que está, de verdad, haciendo. Es sacrilegio lo que comete. Sin embargo, ya sabemos que esos son los protegidos, los preferidos de los imperios, para su desgracia, porque son criminales de lesa humanidad”, apuntó.

En un mensaje pronunciado previo al desfile por el 44 aniversario de la Policía Nacional, Rosario Murillo acusó a la Iglesia Católica de “usar los instrumentos de la paz, de las pastorales, de las concordias, para mandar a matar; qué sacrilegio, por partida doble”, dijo, y calificó a los sacerdotes de “perversos” y “diabólicos”.

Continuó: “Cuánta muerte sembraron, todos ellos y todos juntos, y otros, que preferimos no mencionar, pero que todo el mundo sabe quién tocaba las campanas para que llegaran a asesinar a los hermanos en los municipios”.

El mensaje de Báez que caló hondo

Fue en la homilía del domingo pasado cuando Silvio Báez también se dirigió a los miembros de la Policía Nacional de Nicaragua, “que reprime, encarcela y tortura a inocentes”, para pedirles que respeten a la gente: “no sean sumisos a órdenes inhumanas, reflexionen, pidan perdón a Dios y sirvan a la justicia”, les dijo.

Y añadió: “El Señor les dice hoy a los dictadores, invitándolos a reflexionar y a cambiar de vida, reconozcan sus graves delitos contra la vida y la justicia, respeten los derechos humanos, no priven al pueblo de sus libertades”.

“Custodios de paz”

La vicepresidenta, esposa del mandatario Daniel Ortega, dijo que el gobierno sandinista custodia celosamente la paz para que el dolor no vuelva a Nicaragua “en forma de atrevimiento mortal, porque eso es lo que es (…) por eso reiteramos, decimos, trabajamos, todos los días, para reafirmar que con la paz no se juega ¡Y para decir, siempre más allá!”.

Murillo concluyó su mensaje aludiendo a Cristo Jesús: “Vamos adelante, con mucha fe y esperanza, con confianza en Cristo Jesús, en el Mesías, en el Redentor, en el Salvador del Mundo; con confianza en el Dios de todas las victorias, que moviliza el amor y el buen corazón desde la buenísima esperanza, para que la concordia se instale definitivamente entre un pueblo que la merece porque la práctica, y un pueblo que cree, y que crea”.

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