Obispos peruanos reiteran que se “deben salvar las dos vidas” tras caso de la niña Mila

Los prelados admiten que es un “caso que ha consternado al país”, pero demandan de las autoridades proteger la vida de la niña gestante y el niño por nacer “utilizando todos los recursos de la obstetricia moderna”

Luego del caso de la niña Mila, de 11 años, abusada y embarazada por su padrastro y tras un proceso jurídico, se aprobó el aborto terapéutico de la menor. Por supuesto, admiten que es un “caso que ha consternado al país”.



Por ello, han fijado posición asegurando que “la enseñanza constante de la Iglesia, ante estos casos, es siempre salvaguardar el derecho de la vida de ambos”.

“Recordemos que en un embarazo por violación existen tres personas, el violador, la víctima y un inocente. En este caso se ha condenado a muerte a un inocente, se ha expuesto a un daño mayor a la víctima y se ha liberado al delincuente”, lamentaron

Explican que “no se puede justificar un mal, en este caso, un aborto directo, para obtener supuestamente el bienestar de otra persona”, porque “la decisión deliberada de privar a un ser humano inocente de su vida es siempre mala, desde el punto de vista moral y nunca puede ser lícita ni como fin, ni como medio para un fin bueno”.

Los prelados han relatado que la pequeña Mila (nombre ficticio para proteger la identidad de la menor) fue llevada “al Instituto Materno perinatal donde la Junta Médica de Loreto dictamino que el aborto terapéutico no era aplicable, porque no reunia las condiciones necesarias, como son el peligro de muerte o daño permanente de la madre gestante”.

Sin embargo, esta decisión de la Junta Médica de Loreto “fue desautorizada por una segunda Junta Médica en Lima, que el 12 de agosto aprobó el aborto terapéutico de un indefenso”.

Acto de injusticia

Frente a lo que han considerado “un acto de injusticia y de vulneración del derecho a la vida del nasciturus, levantamos nuestra voz de rechazo ante este hecho injusto e indolente. Puesto que la vida es sagrada”.

Consideran que “la vida es un derecho absoluto e inalienable porque es un don divino, que Dios nos pide salvaguardarla, como reza el quinto mandamiento del decálogo no matarás”, como también está amparado por las leyes del Perú.

En este sentido demandan de las autoridades proteger la vida de la niña gestante y el niño por nacer “utilizando todos los recursos de la obstetricia moderna”.

“La obligación de la sociedad y del Ministerio de Salud (Estado) es cautelar, también, en este caso, la vida de la niña gestante y la niña/o por nacer”, han dicho.
Similar llamado hacen a los trabajadores de la salud “a reflexionar sobre este doloroso evento, para que el Perú no abra las puertas a la cultura de la muerte; y que la pequeña ‘Mila’ sea cautelada adecuadamente, se le ayude a sanar las heridas de la violación, no sea sometida a un aborto y que se persiga con todo el peso de la ley al violador”.

Noticias relacionadas
Compartir