Sucedió hace prácticamente una semana, pero no ha trascendido hasta ahora. El pasado miércoles 29 de marzo el religioso zambiano Moses Sense Simukondé, de 35 años, falleció después de ser alcanzado accidentalmente por unas balas de los cuerpos y fuerzas de seguridad de Burkina Faso.
- PODCAST: Ellas, con la cruz a cuestas
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Al parecer, los policías utilizaron sus armas de fuego para detener a un presunto delincuente que se había negado a seguir sus indicaciones. El atestado del fiscal detalla que el misionero, “que viajaba en un vehículo en los alrededores fue mortalmente agredido”.
Acribillado
“Según sus explicaciones, el hermano Moses estaba en su coche cerca de los disparos y fue golpeado mortalmente, mientras otra persona era atacada”, explica a La Croix el padre Didier Sawadogo, provincial de la Sociedad de Misioneros de África (Padres Blancos).
El religioso fallecido ingresó en la congregación hace seis años y desde hace dos estaba destinado en Burkina, a cargo de varias responsabilidades administrativas y pastorales.
Para el padre Adam Choma, superior de la comunidad en la que vivía el hermano Moses, se trata de un suceso “trágico”: “He visto el cuerpo, está plagado de balas, no es una sola bala, está acribillado”.
