La mujer con más poder del Vaticano admite resistencias al ascenso femenino: “Me sorprendería que fuera todo perfecto”

Raffaella Petrini, secretaria general de la Gobernación, apuesta por un “liderazgo del servicio” con “líneas de comunicación abierta”

Raffaela Petrini

“Forma parte del juego”. Así de práctica se muestra la religiosa italiana Raffaella Petrini, secretaria general de la Gobernación de la Ciudad del Vaticano, al admitir que hay resistencias en el ascenso de las mujeres dentro del Vaticano. “Me sorprendería que fuera todo perfecto” señalaba en una intervención dentro del X Curso de Especialización en Información Religiosa para Periodistas organizado por la Universidad Santa Croce de Roma.



Liderazgo de servicio y cuidado

Para la mujer con un cargo más relevante en el organigrama vaticano, más allá del dilema entre la naturaleza y la libertad, en el caso de las mujeres “este dilema se declinará el protagonismo femenino que está en el centro de mi intervención: ¿competición o solidaridad?” La religiosa ha destacado el pontificado de Francisco y su empeño “por ofrecer a las mujeres la oportunidad de expresar más concretamente la propia libertad, nombrándolas también formalmente en puestos de guía, administrativos y de gestión de la Curia Romana y en la Gobernación de la Ciudad del Vaticano”. Petrini, en su intervención recogida por Europa Press, ha apostado en su gestión por un “liderazgo del servicio” con “líneas de comunicación abierta” con los empleados y una “perspectiva holística” del trabajo a través de una “cultura de equipo radicada en la solidaridad” y de las decisiones compartidas con “menos estructuras piramidales y más horizontales”.

Para Petrini “es cierto que la cultura de la colaboración no es una cultura muy difundida pero he encontrado una respuesta positiva sobre todo entre los jóvenes. Hay más competición entre las personas más mayores en la Curia Romana”, apuntó. También reivindicó que “el paradigma del cuidado no es exclusivo de las mujeres, sino una línea de pensamiento, una actitud alternativa, que completa la orientación tradicionalmente masculina hacia la justicia”. Por ello lamentó que “sentimiento moral del cuidado ha sido relegado al ámbito privado o doméstico mientras que la esfera pública ha sido dominada por el sentimiento moral de la justicia”.

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