Francisco: “Benedicto XVI no estaba amargado por mí. Son cuentos chinos”

El Papa está en Roma después de prácticamente una semana de gira por África, que le ha llevado a República Democrática del Congo y Sudán. Como es habitual, en su vuelo de regreso, se sometió a las preguntas de los periodistas que viajaron con él. Eso sí, en esta ocasión, Francisco no compareció solo, sino que lo hizo acompañado del líder de la Iglesia anglicana, el arzobispo de Canterbury, y la cabeza más visible de los presbiterianos, el Moderador de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, Ian Greenshields.



Juntos hicieron un balance de la peregrinación conjunta a Sudán del Sur que consideraron un punto de partida para “una transición pacífica” que exige “avances serios”.  Sin embargo, en su cita con los informadores también hizo frente a otras cuestiones como esa tercera guerra mundial por fascículos que el pontífice denuncia una y otra vez. “El mundo entero está en guerra, y en autodestrucción”, expuso, para lanzar una advertencia global: “Detengámonos a tiempo, porque una bomba te pide otra más grande y otra más grande y en la escalada no sabes dónde acabarás”.

Sin problemas con Ratzinger

También abordó su relación con Benedicto XVI después de que su fallecimiento desatara una particular vendetta, entre otros, de su secretario personal, Georg Gänswein, y del cardenal germano Gerhard Müller. Sobre Joseph Ratzinger, explicó que durante sus diez años de retiro habló con él “de todo”, “incluso para cambiar de opinión”. “Siempre estaba a mi lado, apoyándome, y si tenía alguna dificultad, me lo decía y hablábamos”, expuso Jorge Mario Bergoglio que insistió: “No hubo problemas”.

“Algunas de las historias que se cuentan, de que Benedicto estaba amargado por lo que hizo el nuevo Papa, son cuentos chinos”, sentenció Francisco. “De hecho, le consulté para tomar algunas decisiones. Y estuvo de acuerdo. Estaba de acuerdo”, aseveró el Papa.

Instrumentalización de la muerte

Al paso, el pontífice desveló cómo en cierta ocasión hubo una persona “que se cree un gran teólogo” que quiso maniobrar para enfrentar a ambos Papa a costa de su parecer sobre las uniones gais. “Benedicto no se asustó, llamó a cuatro cardenales teólogos de primera fila y les dijo: explíquenme esto y ellos lo explicaron. Y así terminó la historia. Es anecdótico ver cómo se movía Benedicto cuando había una denuncia”, relató en el avión.

Francisco, en el vuelo papal, acompañado del arzobispo de Canterbury Justin Welby y del moderador de la Iglesia de Escocia, Iain Greenshields EFE/EPA/TIZIANA FABI / POOL

Con todo esto, Francisco no dudó en afirmar que “la muerte de Benedicto ha sido instrumentalizada por personas que quieren llevar agua a su propio molino”. “Y los que instrumentalizan a una persona tan buena, tan piadosa, casi diría un santo padre de la Iglesia, diría que son gente sin ética, son gente de partido no de la Iglesia…”, sentenció.

Explotación africana

En relación a los días que vivió entre los congoleños, el Papa volvió a denunciar que “la idea de que África hay que explotarla hay que quitarla”. “El Congo tiene tantas posibilidades…”, explicó Sobre la violencia presente en Sudán del Sur, Francisco compartió que “la venta de armas creo que es la mayor plaga del mundo”. “Alguien que entiende esto me dijo que sin vender armas durante un año se acabaría el hambre en el mundo, no sé si es cierto”, añadió.  Aterrizando en el contexto africano, expuso que “se provoca la lucha entre tribus vendiendo armas y luego se explota la guerra de ambas tribus. Esto es diabólico”.

Preguntado por una posible mediación ante Vladímir Putin y Volodímir Zelenski para acabar con la guerra en Ucrania, Francisco, dijo que “estoy abierto a reunirme con ambos presidentes”. Es más, el Papa recordó que “si no fui a Kiev es porque en aquel momento no era posible ir a Moscú”. Así, desveló que “el segundo día de la guerra fui a la embajada rusa a decir que quería ir a Moscú a hablar con Putin, siempre que hubiera una pequeña ventana para negociar”. “Entonces, el ministro Lavrov respondió que lo valoraba, pero que “lo veríamos más adelante”. Ese gesto fue algo que pensé, que ‘lo estoy haciendo por Putin’”, detalló sobre el deseo frustrado.

Defensa de la mujer y de los homosexuales

En el marco de la conversación, Francisco lanzó un alegato en defensa de la mujer: “Volvamos a la fuerza de la mujer, hay que tomarla en serio y no utilizarla como anuncio de maquillaje: por favor, esto es un insulto a la mujer, ¡la mujer está para cosas mayores!”.

Durante el encuentro con los comunicadores, se recuperó de nuevo sus recientes reflexiones sobre el colectivo LGTBI+. Retomando su “quién soy yo para juzgar” que lanzó en su viaje a Brasil, incidió en que “la criminalización de la homosexualidad es una cuestión que no debe dejarse pasar”. “Creo que el Catecismo de la Iglesia Católica dice: no deben ser marginados. Creo que la cosa en este punto es clara”, completó.

Preguntado sobre las posibles limitaciones para viajar por su salud, despejó el balón repasando sus próximos destinos, entre ellos, Marsella y Lisboa, y con dosis de humor: “Ya se sabe que la mala hierba nunca muere. No estoy como al principio del pontificado, esta rodilla molesta, pero va despacio, luego ya veremos”.

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