La situación de desabastecimiento en Cuba está alcanzando tal nivel de gravedad que se percibe una gran escasez de productos básicos y de combustible en cada vez más municipios de la Isla. Algo que están sintiendo familias, comunidades de todo tipo y la Iglesia.
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De hecho, tal y como acaban de confirmar, las carmelitas descalzas del Monasterio de Santa Teresa y San José, en La Habana, que son las principales productoras de obleas, que distribuyen a todas las diócesis del país, están en serio peligro de no poder elaborar más por el momento.
Se han agotado las reservas
Así, como informan en una nota, “hemos estado trabajando con la poca harina que quedaba, y la que había de reserva ya se ha acabado. Esperamos y confiamos en el Señor en que pronto podremos reanudar el trabajo y, cuando tengamos suficiente para distribuir a todas las diócesis, os lo haremos saber”.
Mientras los comercios y las gasolineras se colapsan con colas interminables, las protestas que exigen al Gobierno que proteja los derechos básicos de la ciudadanía, como ya ocurriera en septiembre, vuelven a extenderse cada vez con más fuerza en distintos puntos del país.
