Piden al Papa que ponga a los católicos en estado permanente de Cuaresma para luchar contra el cambio climático

Un estudio de Cambridge señala que se podrían ahorrar millones de toneladas en emisiones de carbono al año

Un estudio de Cambridge afirma que si el Papa volviera a pedir a los católicos que los viernes no comieran carne, se ahorrarían la emisión de millones de toneladas de kilos de efecto invernadero. Así, tal como recoge The Tablet, lo han afirmado los investigadores de la universidad, dirigidos por el profesor Shaun Larcom, quien ha defendido que uno de cada cuatro católicos de Reino Unido cambió sus hábitos alimenticios después de que los obispos les pidieran que volvieran a dejar de comer carne los viernes, lo cual ahorró la emisión de 55.000 toneladas de carbono.



Para realizar este estudio, el Departamento de Economía de la Tierra de Cambridge ha llevado a cabo varias encuestas sobre la dieta y los estudios sociales para cuantificar los resultados de una declaración emitida por la Iglesia Católica para Inglaterra y Gales que restablecía en 2011 los viernes sin carne como acto de penitencia colectivo.

Los resultados de la encuesta encargada sugieren que el 28 por ciento de los católicos en Inglaterra y Gales ajustaron su dieta del viernes después de este anuncio. De este segmento, el 41 por ciento declaró que dejó de comer carne el viernes y el 55 por ciento dijo que trató de comer menos carne ese día. Basándose en estos datos, los investigadores sostienen que si el Papa restableciera los viernes sin carne en la Iglesia global, podría mitigar millones de toneladas de gases de efecto invernadero anualmente.

Imperativo moral

“La Iglesia Católica está muy bien posicionada para ayudar a mitigar el cambio climático, con más de mil millones de seguidores en todo el mundo”, dijo Larcom. “El papa Francisco ya ha destacado el imperativo moral de actuar ante la emergencia climática y el importante papel de la sociedad civil para lograr la sostenibilidad a través del cambio de estilo de vida”, continuó.

“La agricultura de carne es uno de los principales impulsores de las emisiones de gases de efecto invernadero. Si el Papa reinstaurara la obligación de los viernes sin carne para todos los católicos en todo el mundo, podría ser una fuente importante de reducciones de emisiones de bajo costo. Incluso si solo una minoría de católicos elige cumplir, como encontramos en nuestro estudio de caso”, explicó.

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