José María Avendaño: “A los pobres hay que cuidarlos”

Tras 17 años como vicario general y más de tres décadas de ministerio, José María Avendaño Perea (Villanueva de Alcardete, 1957) era nombrado el 30 de septiembre nuevo obispo auxiliar de Getafe. Hubiera querido compartir la noticia con sus padres ya fallecidos, Cándido y Jorja, aunque “ellos –reconoce– están presentes cada día en mi vida”.



PREGUNTA.- Cuando a su edad la mayoría sueña con la jubilación, arranca una nueva etapa. ¿Cómo afronta este cambio?

RESPUESTA.- La vida es un regalo de Dios, el Hacedor. Por ello, a mis 65 años, asumo este nuevo servicio que me pide la Iglesia con alegría, valentía y fortaleza, pues sé que nuestro mundo necesita hoy hombres de Dios, con un corazón fuerte. Y esta misión es imposible llevarla a cabo si no cimento mi vida diaria en el trato íntimo con Él.

P.- ¿En quién pensó tras la llamada del nuncio comunicándole su nombramiento?

R.- En mis padres, Cándido y Jorja. Eran las 14:15 y estaba en la cocina preparándome la comida. Tras la emoción y el sobrecogimiento, casi de forma inconsciente, me dirigí al salón a llamarles por el teléfono fijo, como hacía siempre cuando vivían. Llamé entonces a mi obispo, don Ginés, y me puse de rodillas para dar gracias a Dios y bendecirle.

Servicio y martirio

P.- ¿Qué le diría su madre en un momento así?

R.- “No tengas miedo, hermoso. Si Dios te ha llamado, te asistirá en todo momento. Él nos da la llaga, pero también la medicina”. Era una expresión muy común en su vida. Algo que conecta con lo que un hermano sacerdote me comentaba ante el nombramiento: es un servicio a la Iglesia que también incluye el martirio.

P.- ¿Hay algún libro, cuadro, película o canción que le ayude a describir lo que está viviendo?

R.- ‘Nada’, de Carmen Laforet, y ‘El Quijote’; la ‘Anunciación’, de Fra Angélico, y el ‘Ángelus’, de Millet; ‘¡Qué bello es vivir!’, de Capra, y ‘El Evangelio según san Mateo’, de Pasolini; ‘Let it be’, de los Beatles, ‘Eso que tú me das’, de Pau Donés, el vallenato colombiano ‘Los caminos de la vida’…

La belleza de Cristo

P.- “Con los pobres no se juega”, advertía recién elegido. ¿No teme que el “olor a oveja” se “diluya” entre las futuras responsabilidades episcopales?

R.- El amor hay que cuidarlo. El olor a oveja hay que cuidarlo, a los pobres hay que cuidarlos. Y yo intento vivir el amor a los pobres en el día a día, como algo importante en mi caminar. Cristo es la belleza, la vida. Por eso merece la pena entregar la vida por los pobres, porque en ellos está la belleza de Cristo. (…)

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