El Celam advierte de los efectos de la “cuarta revolución industrial” en el Día Internacional del Trabajador

Los obispos de América Latina y el Caribe hacen un llamado a “humanizar las empresas” para que “nadie se quede afuera”

El Celam advierte de los efectos de la robótica

El Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) celebra este 1º de mayo, Día Internacional del Trabajador, con una preocupación: La cuarta revolución industrial.



Por tanto advierten que “la robotización y automatización de procesos” podrá ocasionar significativas pérdidas de empleos, por lo que “es imprescindible humanizar las empresas”.

“Nuestra esperanza es que a través de procesos de diálogo social equitativos y bien informados, se asuman los retos de los avances tecnológicos en la organización social del trabajo de modo que nadie quede afuera”, apuntaron.

Fuerte desempleo

Por supuesto, han señalado también que “hoy nos duele que 29 millones de personas de América Latina y el Caribe estén desempleadas este año. Es cierto que son 1,3 millones menos que el año pasado, pero también es verdad que aún son 4,5 millones más que en el 2019”.

Por ende, “cada vez que una persona no encuentra trabajo, hay una parte del plan de Dios que queda sin hacer. No hay peor pobreza que no tener trabajo, nos dice el Papa Francisco”.

Acotan: “El desempleo es grave entre los jóvenes, las mujeres y los migrantes, muchos de los cuales se ven forzados al trabajo esclavo y explotación sexual. Hoy también el clamor de los trabajadores llega a los oídos del Señor del universo”.

Jesús, un trabajador

Los prelados han recordado que “la Iglesia no olvida que ¡Tanto confía Dios en el trabajador, que puso a Su Hijo, nuestro Maestro y Señor, bajo la protección del carpintero José! Jesús creció en el taller de su padre adoptivo, aprendiendo y ejerciendo su oficio hasta la edad adulta”.

Asimismo sostienen que “el trabajo digno es un derecho y un deber y es la clave de la cuestión social” y “permite atender las necesidades de la familia y contribuir en comunidad al desarrollo de la sociedad entera”.

“Dios creó el universo y encargó al ser humano continuar su obra mediante su inteligencia y sus manos. ¡Las manos humanas son las manos de Dios!”, finalizaron.

Foto: Shutterstock

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