El Papa azuza a la vida consagrada a “volver a la calle, con la gente”

Francisco recibe a las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret durante su capítulo general

Para el papa Francisco, los institutos de Vida Consagrada son “una presencia insustituible en la gran comunidad en movimiento que es la Iglesia”. Con estas palabras se expresó a ayer a las religiosas participantes en el capítulo general de las Hermanas de la Caridad de Santa Juana Antida Thouret, congregación francesa dedicada principalmente a la educación de los jóvenes, asistencia a enfermos, pastoral penintenciaria y apostolado parroquial.



Durante la audiencia que mantuvo con ellas en la Sala Clementina del Vaticano, Francisco las instó a “volver a la calle con la gente”. “Me gusta pensar que cuando te consagras, eres una extensión de esa presencia femenina que caminó con Jesús y los doce, compartiendo la misión y dando su particular aporte”.

Discípulas de Jesús

A partir de ahí, aterrizó en el carisma particular de las hermanas de la Caridad para que no respondan con “respuestas prefabricadas y empaquetadas” a su misión en el mundo de hoy. “Como mujeres y como bautizadas , es decir, discípulas de Jesús, sois presencia viva en la Iglesia, participando en la comunión y la misión”, reconoció el Papa argentino.

Además, les animó a no perder de vista las dos palabras clave de su capítulo: solicitud y escucha. Eso sí, les instó a que lo hagan desde “la preocupación y la escucha de los pobres”. “Vosotras sois maestras no con palabras, sino con hechos, con la historia de tantas hermanas que dieron la vida por esto, en la solicitud y escuchando de cerca a los ancianos, los enfermos, los marginados; cerca de los pequeños, de los más pequeños con la ternura y la compasión de Dios”, les elogió.

Son estas virtudes las que, según el Papa, “edifican la Iglesia, la hacen caminar en el camino de Cristo, que es el camino de la caridad”. “El estilo de Dios es este: cercanía, ternura y compasión”, aseveró.

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