Antonio Quintana: “Ya era hora de llevar el lenguaje inclusivo al Nuevo Testamento”

El coordinador de la primera versión del evangelio canario e inclusiva habla con Vida Nueva acerca de la necesidad de hacer pequeños cambios en unos textos escritos “solo por hombres, con un lenguaje de género masculino desde una concepción patriarcal e incluso machista que dura hasta nuestros días”

Hace apenas un mes una versión inclusiva y canaria del Nuevo Testamento veía la luz gracias a la labor de siete teólogos de las islas, coordinados por Antonio Quintana, licenciado en Teología y periodista. En unas semanas la primera edición, publicada por Mercurio Editorial, ya se había agotado. Y es que la obra, tal como ha explicado Quintana a Vida Nueva, responde a una necesidad latente desde hace muchos años, en la que se ha dado un paso importante en la inclusión a través de cambios sencillos que, sin alterar el mensaje, dejan atrás la exclusión a las mujeres, como es el caso de sustituir “hombres” por “personas” o usar la forma “ustedes” (como se hace en las Islas Canarias y en Latinoamérica habitualmente) en lugar de “vosotros”.



PREGUNTA.- ¿Por qué un evangelio canario?

RESPUESTA.- La necesidad de editar los evangelios en canario es una idea que estuvo presente entre los grupos, comunidades y movimientos de Acción Católica a principios de los 80 del siglo pasado. Tales colectivos de las dos diócesis de Canarias se coordinaron en lo que llamamos la coordinadora canaria del Achamán, que significa Dios. Y para acompañarles surgió en 1978 el Departamento de Teología de las Realidades Canarias (Tereca) del Centro Teológico de Las Palmas. De suyo Tereca publicó ‘Jesús, hombre nuevo’, una sinopsis de la vida de Jesús usando una Biblia Latinoamericana, por la similitud con el lenguaje canario. Ya entonces se planteó elaborar los evangelios en el español del Archipiélago.

Incluso creyentes y teólogos plantearon realizar un leccionario en habla canaria. Pero, han tenido que pasar 40 años para que siete personas vinculadas al entonces Achamán y ahora a la HOAC, Frater y Redes cristianas nos dispusiéramos a acometer, con el total apoyo de Mercurio Editorial, una adaptación del Nuevo Testamento a nuestra habla ante una cierta pérdida de muchas expresiones isleñas.

P.- ¿Y lo de hacerlo en lenguaje inclusivo?

R.- Esa fue otra apuesta del equipo, que entendíamos que ya era hora de disponer en lenguaje inclusivo un Nuevo Testamento, escrito solo por hombres con un lenguaje de género masculino desde una concepción patriarcal e incluso machista que dura hasta nuestros días. El de la inclusión ha sido un reto más difícil que adaptarlo al habla canaria al estar esta mucho más asumida por la población isleña, aunque no tanto en la liturgia.

Todo el equipo nos hemos empeñado en ofrecer un Nuevo Testamento, manteniendo totalmente su mensaje, donde las mujeres se vean incluidas, usando preferentemente palabras genéricas, más inclusivas, aunque sin descartar pequeños doblajes. Además de la gran aportación de Juani Sosa, María del Carmen Peñate y Águeda Vilavert, hemos tenido en cuenta las sugerencias del libro “Ni por favor, ni por favora. Cómo hablar el lenguaje inclusivo sin que se note (demasiado)”, de María Martín.

P.- Nuestra sociedad se encuentra inmersa en un debate acerca del lenguaje inclusivo, ¿realmente lo que “no se nombra, no existe”?

R.- El equipo redactor que es paritario –además de las mencionadas lo integran el biblista Juan Barreto y los teólogos Felipe Bermúdez y Roberto Perdomo–, está convencido de que lo que no se nombra no existe, ni se valora. Las mujeres han sido invisibilizadas en la historia en la casi totalidad de las culturas y religiones hasta hace muy poco, cuando son la mitad de la humanidad. Mentalidades patriarcales y machistas lo han invadido todo, hasta incluso ser asumido por muchas mujeres. De ahí la importancia de seguir apostando por la igualdad a todos los niveles, también en las iglesias cristianas, donde predomina el clericalismo y hay reticencias en avanzar en esa línea.

La cercanía y el diálogo de Jesús con las mujeres impactó en su época, porque ellas no contaban para nada. Y Pablo, pese a que en muchas expresiones fue machista como la ciudadanía de su tiempo, afirmó en Gálatas 3,28: “Ya no hay más persona judía o griega, varón o hembra, persona esclava o libre, porque somos una en Jesús el Cristo”.

P.- Hablan de Dios como Padre-Madre, ¿por qué consideran importante hacerlo así?

R.- En la presentación del “Nuevo Testamento. Una adaptación al lenguaje inclusivo y canario” incluimos la expresión “Dios Padre Madre” y creyentes isleños la usan con cierta frecuencia. La cultura patriarcal lo ha inundado todo y se nos ha quedado más la imagen de Dios como Padre, cuando en la literatura sapiencial, en algunos profetas y en la misma concepción de Jesús se nos muestra también un Dios con cualidades femeninas y maternas: la ternura, la gratitud, la sensibilidad, la fiesta, la protección de un Dios amor que se pone del lado de la vida, de lo más pequeño.

Ya Juan Pablo I en una de sus pocas audiencias públicas de 1978 expresó: “Dios es Padre, pero, sobre todo, es Madre”. También el papa Francisco manifestó en 2017: “No todo el mundo entiende cuando se habla de la “maternidad de Dios”, por eso prefiero utilizar la palabra ternura, propia de una madre, la ternura de Dios, la ternura que nace de las entrañas paternas. Dios es Padre y Madre”. Creo que es positivo resaltar esa imagen complementaria entre otras porque nos impulsa a seguir recreando su proyecto de fraternidad e igualdad en una sociedad e iglesias donde predominan el patriarcado y la desigualdad.

P.- ¿Qué más ejemplos de lenguaje inclusivo podemos encontrar en este Nuevo Testamento?

R.- Además del ustedes canario y latinoamericano que incluye también el vosotros y vosotras, destaco la sustitución de hombre por persona o ser humano: “La persona no se hizo para el sábado, sino el sábado para la persona”; “La Palabra se hizo un frágil ser humano”. En vez de bienaventurados los pobres, proponemos “felices las personas pobres”; en vez de los cristianos o creyentes, “quienes creen en Cristo”; en vez de “el que me sigue”, incorporamos “quien me sigue”; en vez de los judíos, romanos o paganos, indicamos “gente o pueblo judío, griego, pagana”; en vez de justos, santos, consagrados, rehabilitados, optamos por personas justas, santas, consagradas, rehabilitadas; en vez de ciegos, personas con ceguera. En los saludos finales de las cartas paulinas que se dirigen a todos, ponemos “La gloria de Jesús les acompañe”. También a veces doblamos hermanos, amigos o queridos, quedando hermanos y hermanas, amigos y amigas, queridos y queridas, aunque evitamos ponerlos cuando son reiterativos.

P.- ¿De qué manera acerca esta obra el evangelio a los canarios?

R.- El ofrecer este Nuevo Testamento inclusivo y canario lo hace más cercano, más encarnado. Es una aportación a reforzar la identidad isleña. Además, en Canarias muchas personas hemos utilizado La Biblia Latinoamericana desde que se editara en los años 70, porque sintoniza más con nuestra habla que las biblias españolas. Incluso para miles de personas latinoamericanas que viven en Canarias puede venirles bien esta adaptación que hemos hecho. De suyo es el primer Nuevo Testamento inclusivo que se publica en Canarias y en Latinoamérica.

Nuestro deseo es que las dos diócesis canarias asuman cada vez más el lenguaje canario e inclusivo en sus celebraciones religiosas y documentos. Otra iniciativa que se ha generado es la grabación de este NT por la ONCE para personas con limitaciones visuales. Ojalá la apuesta por la igualdad de cristianas, teólogas y del movimiento Revuelta de las mujeres en la Iglesia de sus frutos y las editoriales adapten también las biblias al lenguaje inclusivo.

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