Preocupación de los consagrados por la violencia en Rosario

  • “Que la sangre de nuestros hermanos no siga derramándose”, reclaman los religiosos sobre una ciudad envuelta en un caos que afecta a las familias
  • El narcotráfico, el acceso a las armas y la falta de respuesta del Estado son parte de este drama social

Los consagrados que trabajan pastoralmente en la ciudad de Rosario, en la provincia de Santa Fe, dieron a conocer un comunicado titulado: ‘Felices los que trabajan por la paz’ (Mt.5,9) donde compartieron su preocupación por “la creciente violencia instalada en las calles en los últimos años”.



“Todos los días los medios de comunicación dan cuenta de niños, adolescentes, jóvenes y mujeres que pierden sus vidas en distintos hechos de violencia”, expresaron, y destacaron que para la gente no son noticias, sino rostros concretos: “Son los alumnos que asistían a nuestras escuelas, los pibes que jugaban en nuestras plazas, que venían a nuestras parroquias, los que comían en nuestros comedores y caminaban por nuestras calles”.

Estado, incapaz

Los consagrados consideran que para las familias no hay esperanzas de justicia, y la venganza o la resignación resultan ser las únicas alternativas. El vecino se encuentra solo en medio de esta realidad porque el estado es incapaz de resolver estos conflictos.

Recordaron que, en Fratelli Tutti, el papa Francisco señaló: ¨La soledad, los miedos y la inseguridad de tantas personas que se sienten abandonadas por el sistema, hacen que se vaya creando un terreno fértil para las mafias. Porque ellas se afirman presentándose como ¨protectoras¨ de los olvidados, muchas veces a través de diversas ayudas; mientras persiguen sus intereses criminales” (28).

Estas palabras se ven reflejadas en este momento concreto donde las medidas sanitarias impuestas por la pandemia mostraron un debilitamiento de los organismos estatales y de la sociedad civil, dejando expuestos a la población más vulnerable, muchos de los cuales son captados por redes delictivas.

Reconocimientos y compromiso

Los consagrados afirman que mientras siga la corrupción y la impunidad del poder, las cárceles seguirán siendo para los pobres. Aún así ven con agrado los intentos de algunos miembros de los poderes del Estado para paliar la situación y enfrentar a las mafias.

Más allá de la coyuntura y de que los esfuerzos no alcanzan ante la emergencia, destacaron el trabajo de los agentes sanitarios y de la educación, de los movimientos sociales y de los vecinos que asumen el desafío de trabajar diariamente por la paz.

“Como consagrados, ciudadanos y vecinos de los barrios de las periferias de la ciudad, llamamos a todos los actores de la sociedad a atender esta preocupante realidad: que la sangre de nuestros hermanos no siga derramándose y que todos los rosarinos tomemos conciencia de la gravedad de la situación”, aseveraron los miembros de la vida consagrada.

Los consagradas y consagrados a la misión de poblaciones vulnerables se comprometieron a continuar con el trabajo en favor de los más pobres, en colaboración con todos para revertir esta situación y lograr un desarrollo integral de paz y justicia.

Foto: Emmanuel Fernández
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