Las universidades jesuitas buscan ser cauce de reconciliación

La Universidad Pontificia Comillas y la Pontificia Universidad Javeriana han dado comienzo a la primera Conferencia Internacional de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas sobre ‘Reconciliación Ignaciana’

arturo sosa

La Universidad Pontificia Comillas y la Pontificia Universidad Javeriana han dado comienzo hoy, 10 de mayo, a la primera Conferencia Internacional de la Asociación Internacional de Universidades Jesuitas (IAJU) sobre Reconciliación Ignaciana. El ciclo de conferencias, que se celebrarán de forma virtual hasta el próximo 12 de mayo, contarán con distintos testimonios de universidades jesuitas de todo el mundo en los que se atestigua que la reconciliación, en un momento de polarización y desigualdad, es posible.



Y es que, tal como ha subrayado en la ceremonia de apertura John Paul Lederach, jesuita y profesor de la Universidad de Notre Dame (Estados Unidos), “la reconciliación versa sobre la calidad de las relaciones. Sobre la calidad del respeto, de la persistencia y la paciencia que tenemos sobre los momentos difíciles de nuestras vidas”. En la misma alínea, Julio L. Martínez, rector de la Universidad Pontificia Comillas, ha recordado que “establecer estos lazos de reconciliación no está solo en manos de los medios de comunicación o de las figuras políticas”, sino también “de todos nosotros, de llevarla a cabo en nuestras vidas diarias, en nuestras relaciones”.

“El tema de la reconciliación está en el centro de la sociedad y en el corazón de muchas personas en el mundo”, ha dicho el cardenal Bruno Marie Duffé, secretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral. “Hemos presentado muchas veces la encíclica ‘Laudato si” con la frase “tenemos que escuchar el grito de la tierra y de los pobres” y, precisamente escuchar es el primer paso para la reconciliación con la naturaleza y con los demás”, ha aseverado el purpurado.

Entender el camino

Asimismo, ha recordado que en ‘Fratelli tutti’ se presenta “la experiencia del amor del Buen Samaritano con el hombre herido”. Por ello, la reconciliación también supone “acercarse, dar el paso para encontrar al otro”. “Escuchar y encontrar son dos verbos muy importantes en este proceso, que debe ser hecho con paciencia”, ha continuado Duffé, subrayando que “no es posible hablar de reconciliación sin hospitalidad mutua”.

Por otra parte, el purpurado ha apuntado que “el perdón que recibimos de Dios empieza una nueva historia que no consiste en olvidar el pasado, sino en entender el camino que hemos hecho y el que podemos hacer juntos”. Finalmente, ha afirmado que “no hay reconciliación sin esperanza. Esta es que la promesa que hemos recibido de Dios”.

En la presentación de estas jornadas ha participado también el superior general de la Compañía de Jesús, Arturo Sosa, quien ha reflexionado acerca de la fragilidad de los acuerdos de paz. “En el mundo abunda la confrontación. Prevalecen los intereses particulares por encima del bien común, lo que lleva, en muchos casos, a la violencia y desolación”, ha dicho. Por ello, “todos los esfuerzos que se hagan para finalizar los conflictos, son necesarios y muy bienvenidos”.

Acercarse a la paz

“La experiencia nos demuestra que, al igual que es muy difícil llegar a acuerdos entre las partes enfrentadas, es muy difícil que esos acuerdos se mantengan a lo largo del tiempo”, ha afirmado el superior de los jesuitas. “La paz es de una fragilidad tal, que alcanzarla requiere de procesos rigurosos de reconciliación que permitan darle vida más allá de los acuerdos adquiridos y los actos protocolarios que no pocas veces se traducen en letra muerta, en signos vacíos”, ha explicado.

Y, precisamente, en este camino en el que “la vida reconciliada y en paz es nuestro punto focal”, lo cierto es que “asistimos al escándalo de la creciente desigualdad que genera violencia, migraciones forzadas, pobreza, autoritarismos y populismos portadores de falsas promesas de redención social”. Un punto en el que la educación, especialmente desde la universidad, tiene mucho que decir.

En este sentido, Giuseppe Versaldi, prefecto para la Congregación para la Educación Católica, ha señalado que, “si entendemos la educación como el simple aprendizaje de conocimientos, en el cual el profesor imparte nociones que serán valoradas en trabajos y exámenes, seguramente tenga poco impacto”. Por ello, “es esencial que la educación sea cada vez más inclusiva y holística”.

“El principal propósito de nuestras universidades es el de ser observadores de los conflictos sociales que acontecen”, ha dicho Jorge Humberto Peláez Piedrahita, rector de la Pontificia Universidad Javeriana. “No podemos hablar con indiferencia de la reconciliación y de la paz en nuestros Estados. “Nuestro papel, desde el rol de las universidades es el de contribuir a la construcción de la paz y la reconciliación impartiendo conocimiento, para las personas no puedan ser manipuladas desde otros agentes sociales, fundamentalismos, etc”, ha explicado, aseverando que, siempre, “cualquier intento de reconciliación requiere diálogo”.

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