Argentina: Enrique Shaw, el Siervo de Dios del empresariado

Como abnegado empresario sorteó la crisis económica de la empresa que dirigía y evitó el despido de los trabajadores. Consideraba el desempleo un mal moral porque atenta contra la dignidad de la persona

En el 100° aniversario del nacimiento del laico Enrique Shaw, distintos organismos eclesiales recordaron y exaltaron su figura. Durante esta semana, se organizaron misas, charlas y encuentros virtuales para homenajearlo.



Quién fue Enrique Shaw

Nace el 26 de febrero de 1921. Su mamá fallece cuando el tenía sólo 4 años. Su educación estuvo centrada en el colegio de “La Salle”, y luego se forma en la Escuela Naval Militar. Ya desde esa época ofrece un gran testimonio de vida y compromiso apostólico. En 1943 se casa con Cecilia Bunge con quien tendrá nueve hijos.

Participa activamente de movimientos eclesiales, tanto en la Acción Católica como en el Movimiento Familiar Cristiano. Asimismo, integra el primer consejo de administración de la Universidad Católica Argentina (UCA), como tesorero.

En lo profesional, asume la responsabilidad de llevar el evangelio al empresariado. Respondiendo al llamado delpapa Pío XII, con otros empresarios, promueve un organismo que vincula con los valores cristianos. En 1952, funda la actual Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE) y promueve la participación en la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa (UNIAPAC).

Durante 1957 le detectan un cáncer incurable, prueba que acepta con serenidad y sin dejar de luchar contra la enfermedad. Establece una cálida relación con el personal de su empresa, a tal punto que muchos de ellos donaron sangre para prolongar su vida. Finalmente, fallece el 27 de agosto de 1962.

Desde el año 2001 está abierta su Causa de Beatificación.

Homenajes

En el marco de este centenario natalicio, varios organismos de la Iglesia argentina realizaron su homenaje. En todos ellos, se remarcó el poder transformador de su vocación laical como sello del modelo cristiano de vida.

La Acción Católica Argentina organizó un panel con los actuales dirigentes. Ellos se convocaron ante el tema: “Enrique Shaw, un laico que nos inspira”.

El obispo de San Justo, Eduardo García, también encabezó una Misa en la que invitó a la comunidad a unirse “a la memoria del hombre de empresa que nos inspira desde la fe y la acción, a transformar realidades”. También hubo celebraciones eucarísticas a su memoria en la Iglesia porteña y en la diócesis de Quilmes.

El obispo castrense, Santiago Olivera, también recordó a Enrique Shaw, a quien calificó como un “amigo de Dios”. “La vida de Enrique Shaw es un don para nuestra Patria y para la Iglesia, rezamos confiados para que ella, un día pueda presentarlo como faro y referente”.

Enrique Shaw y la UCA

El Siervo de Dios tuvo una estrecha relación con la Universidad Católica Argentina. Por tal motivo, desde la casa de estudios se armó un encuentro virtual, titulado: “Enrique Shaw en la UCA. Expresión de humanismo cristiano”. Participaron: el Arzobispo de La Plata, Víctor Manuel Fernández; Silvia Correale, que fue designada postuladora de la causa en el año 2006; y el vicerrector de la UCA, Pbro. Gustavo Boquín.

Fernández abrió la exposición destacando que “Enrique realiza la figura del empresario que propone elpapa Francisco: ser empresario es una noble vocación, un llamado de Dios. Propone una serie de características unidas a la figura de alguien que busca crear riqueza, producir riqueza, desarrollar el mundo. Enrique Shaw ha realizado esa figura verdaderamente ideal y modélica de un empresario cristiano”.

“Que hermoso -dijo- que lo podamos tener como modelo, canonizado, modelo de los empresarios, porque es mucho lo que Enrique nos ha dicho con su vida, con su pensamiento y con su espiritualidad”.

Por su parte, la doctora Correale consideró que “Enrique Shaw no se conformó con una existencia mediocre, aguada, licuada, sino que respondió con generosidad a su vocación laical de la santidad…”.

Comentó que “cumplió con honradez y competencia el trabajo de empresario al servicio de sus empleados y obreros. Comprendió su vida como una misión, siendo un divulgador con la palabra y con el ejemplo de la Doctrina Social de la Iglesia”. Y agregó que “Enrique tomó decisiones en su vida cristiana contra la cultura actual del descarte, de los excluidos”.

Boquín cerró la jornada remarcando el humanismo cristiano del empresario, a quien señaló como una persona que ilumina hoy a los argentinos y al mundo entero por su gran compromiso con su tiempo, pero también abierto a la trascendencia.

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