Alberto Garzón, el ministro de España que lee y subraya la encíclica ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco sobre la fraternidad

La encíclica  ‘Fratelli Tutti’ del papa Francisco sobre  la fraternidad cosecha éxitos. Pero no por parte de esperados compañeros de viajes. O más bien, de los que algunos esperan. Tras el respaldo del presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez, al texto magisterial del Pontífice, el ministro de Consumo, Alberto Garzón, invita a su lectura, pues se trata de una lúcida reflexión muy oportuna en tiempos de crisis, desigualdad y ola reaccionaria global”. 



En su caso, va más allá del jefe del Ejecutivo, pues ha compartido varias imágenes en las que demuestra –para los más incrédulos– que ha leído y subrayado parte del contenido. Y es que en las redes sociales, dando por hecho que Sánchez no se ha leído la encíclica, se ha criticado que el presidente haya querido subirse al carro. En este sentido, el secretario general de los obispos, Luis Argüello, manifestaba en rueda de prensa el pasado 1 de octubre que “existe un problema: que la fe se quiera poner al servicio de la ideología, lo que genera tensiones en la vida cristiana”. Por eso, reclamaba a los fieles “espíritu de diálogo y escucha, porque solo así es posible el acuerdo incluso con las legítimas diferencias”.

“Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes” [sobre la xenofobia], comparte el líder de Izquierda Unida haciendo referencia al punto 39 de la encíclica, que reza así: “Los migrantes no son considerados suficientemente dignos para participar en la vida social como cualquier otro, y se olvida que tienen la misma dignidad intrínseca de cualquier persona. Nunca se dirá que no son humanos pero, en la práctica, con las decisiones y el modo de tratarlos, se expresa que se los considera menos valiosos, menos importantes, menos humanos. Es inaceptable que los cristianos compartan esta mentalidad y estas actitudes, haciendo prevalecer a veces ciertas preferencias políticas por encima de hondas convicciones de la propia fe: la inalienable dignidad de cada persona”.


De todos los extractos, el ministro también destaca una de las 41 preguntas que se hace Jorge Mario Bergoglio en la encíclica: “¿Qué significan hoy algunas expresiones como democracia, libertad, justicia, unidad?”. A lo que él mismo Francisco responde: “Han sido manoseadas y desfiguradas para utilizarlas como instrumento de dominación, como títulos vacíos de contenido que pueden servir para justificar cualquier acción”.

Del primer capítulo, titulado ‘Las sombras de un mundo cerrado, Garzón destaca el punto 15, en el que el Pontífice indica que “hoy en muchos países se utiliza el mecanismo político de exasperar, exacerbar y polarizar. Por diversos caminos se niega a otros el derecho a existir y a opinar, y para ello se acude a la estrategia de ridiculizarlos, sospechar de ellos, cercarlos”. Y añade: “La política ya no es así una discusión sana sobre proyectos a largo plazo para el desarrollo de todos y el bien común, sino solo recetas inmediatistas de marketing que encuentran en la destrucción del otro el recurso más eficaz”.

Del punto 16, se queda con un afirmación rotunda: “Un proyecto con grandes objetivos para el desarrollo de toda la humanidad hoy suena a delirio”. Asimismo, Garzón, que también ha defendido la ecología integral del Papa en otras ocasiones, destaca el punto 17: “Cuidar el mundo que nos rodea y contiene es cuidarnos a nosotros mismos. Pero necesitamos constituirnos en un ‘nosotros’ que habita la Casa común. Ese cuidado no interesa a los poderes económicos que necesitan un rédito rápido”.

En su lectura, Garzón se queda también con un extracto del punto 22: “En el mundo de hoy persisten numerosas formas de injusticia, nutridas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en las ganancias, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre”. Al mismo tiempo, da especial importancia a la defensa cerrada del papel de la mujer en la sociedad que el Papa hace en el punto 23: “La organización de las sociedades en todo el mundo todavía está lejos de reflejar con claridad que las mujeres tienen exactamente la misma dignidad e idénticos derechos que los varones”.

De Errejón a Echenique

Por su parte, a pesar de la tibia recepción en los medios generalistas españoles de la tercera encíclica del pontificado de Francisco, Sánchez se hacía eco de la noticia de El País, y destacaba en un tweet que “Francisco analiza la crisis que vivimos desde una visión radicalmente social” y le mostraba su agradecimiento “por alzar su voz en defensa de los más vulnerables y clamar contra los efectos del neoliberalismo y el populismo”.

Pese a que Sánchez fue el primer líder político de nuestro país que se manifestó públicamente en relación a la encíclica, después han llegado otros. Eso sí, todos de partidos de izquierdas. Y es que la nueva encíclica firmada en Asís propone un nuevo orden mundial con los pobres al frente… En ella, el Papa detalla un programa de vida en el que intenta alumbrar el camino concreto a recorrer para quienes quieren construir un mundo más justo y fraterno desde lo cotidiano, la política y las instituciones.


El portavoz del Grupos de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, advirtió también en Twitter que son “tiempos extraños en los que PP, Ciudadanos y VOX piensan que una encíclica papal es un peligroso manifiesto socialcomunista y narcobolivariano”, para luego invitar a leerlo en La Vanguardia –junto a El País, los dos periódicos que más cancha han dado a la fraternidad del Papa–.


Más directo fue Iñigo Errejón, el diputado de Más País, que criticó que “algunos dicen ser cristianos pero cuando el Papa critica la desigualdad resultan ser solo devotos del neoliberalismo”.

Noticias relacionadas
Compartir