Los obispos de Estados Unidos reconocen que “los inmigrantes y refugiados son una bendición para nuestro país”

“Los inmigrantes y refugiados son una bendición para nuestro país. La Iglesia enseña que todo ser humano ha sido creado a imagen de Dios y merece dignidad y respeto, y que el trabajo humano tiene una dignidad inherente, que permite a todos participar en el trabajo continuo de la creación, al tiempo que proporciona los recursos para construir y mantener familias”. Así lo ha subrayado Mario E. Dorsonville, obispo auxiliar de Washington y presidente del Comité sobre Migración de la Conferencia Estadounidense de Obispos Católicos (USSCB), como parte de un testimonio presentado al Comité Judicial de la Cámara de Inmigración y Ciudadanía durante una audiencia titulada ‘Los inmigrantes como trabajadores esenciales durante el Covid-19’.



“Las contribuciones de los trabajadores esenciales sin duda se han vuelto más importantes durante el Covid-19″, apuntó el prelado. “Si bien muchos trabajadores esenciales son ciudadanos estadounidenses, muchos también son inmigrantes y refugiados”. Asimismo, matizó que los inmigrantes “comprenden el 31% de los empleados agrícolas de los Estados Unidos” y que, por ello, “arriesgan su propia seguridad para mantener a sus familias y garantizar la continuidad en las cadenas de suministro de alimentos del país”.

Protección para los trabajadores

Dorsonville ha señalado, además, que la población migrante “es altamente vulnerable” al coronavirus, ya que, de contagiarse, “los trabajadores esenciales inmigrantes y refugiados tienen menos probabilidades de tener acceso a la atención médica y hasta ahora han quedado completamente fuera de cualquier ayuda o asistencia federal por Covid-19″.

Por todo ello, ha señalado que la USSCB insta al Congreso a “incluir a las familias de inmigrantes y refugiados en cualquier futura ayuda contra la crisis del Covid-19”, así como a que les den la oportunidad de poder acceder a las ayudas que se han aprobado hasta el momento. “Además, continuamos abogando por el Congreso por un camino hacia la ciudadanía para los trabajadores indocumentados que han estado viviendo, trabajando y contribuyendo a nuestro país. Como dice el Papa Francisco: Nadie debe quedarse atrás”, ha apostillado el prelado.

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