Estados Unidos intenta boicotear la renovación del acuerdo entre el Vaticano y China

El Gobierno de Donald Trump está tratando de boicotear la renovación del histórico acuerdo que firmaron hace dos años el Vaticano y China para desatascar el nombramiento de obispos en el país asiático, cuyo contenido completo nunca fue hecho público. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, publicó este fin de semana varios mensajes en las redes sociales en los que asegura que aunque el pacto entre Roma y Pekín pretendía “ayudar a los católicos chinos”, la situación de los fieles “ha empeorado” debido a los “abusos” cometidos por el Partido Comunista de aquella nación.



“El Vaticano pondría en peligro su autoridad moral si renovase el acuerdo”, advierte Pompeo, presentando en cambio a su departamento como “una voz fuerte para la libertad religiosa en China y en el mundo”. Cita Pompeo en sus mensajes a los opositores de Hong Kong Martin Lee y Jilly Lai, “arrestados y espiados” por Pekín por “el ‘crimen’ de promover la libertad”, y asegura que los católicos están “entre las voces más fuertes” a favor de los derechos humanos en la antigua colonia británica.

Por ello invita a la Santa Sede a que apoye “a los católicos y al pueblo” de Hong Kong. El Gobierno de Estados Unidos, por su parte, seguirá “al lado de los católicos chinos” y pide al Vaticano “que se una a nosotros”, escribe el jefe de la diplomacia estadounidense, que según algunas fuentes podría realizar una visita a la Sede en las próximas semanas.

Lealtad poco clara

Pompeo también critica el entendimiento entre Roma y Pekín en un artículo publicado en la cabecera conservadora estadounidense First Things, en el que denuncia que el pacto no ha protegido a los católicos locales de la “devastación” provocada por el Partido Comunista. “No está clara la lealtad de los sacerdotes y obispos legitimizados por el acuerdo, lo que confunde a los católicos chinos que siempre han confiado en la Iglesia”, asegura el secretario de Estado estadounidense, para el que la renovación del pacto supondría un espaldarazo a los regímenes que “desprecian” los derechos humanos.

La semana pasada el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado de la Santa Sede, confirmó la voluntad vaticana de renovar el acuerdo con China en octubre. “Nuestra intención es que se prolongue, que se siga adoptando ‘ad experimentum’”, comentó el purpurado. En la misma línea se manifestó el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian, que aseguró que el pacto se estaba aplicando de manera “satisfactoria” gracias al “esfuerzo concertado” de ambas partes. Manifestó además su voluntad de “mantener un contacto estrecho para mejorar ulteriormente las relaciones bilaterales”.

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