Mientras son muchas las empresas que crecen en Responsabilidad Social Corporativa o que dan pasos para ser más ecológicas, otras se mueven aún en la lógica del consumismo. Por ello, la Comunidad de Jóvenes Católicos, KjG, de Alemania ha promovido un boicot contra la multinacional Nestlé. Para la entidad, en esta compañía, que es la mayor empresa de alimentos de Europa, se dan prácticas como el trabajo infantil, la tala indiscriminada de árboles o la nefasta gestión de los residuos de sus envases.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Para Rebekka Biesenbach, Directora Federal de KjG, aunque “hay otras compañías que tienen estructuras y culturas corporativas similares”, el boicot a Nestlé es integral “porque abarca desde alimentos hasta cosméticos, desde productos animales hasta bebidas”. En una entrevista a Domradio señala que “percibimos cómo la empresa percibe sus principios éticos y morales y a qué cosas presta atención o no en la producción”.
Del trabajo infantil al control del agua
Así, en temas medioambientales, denuncia “ la agricultura de tala y quema de ciertos productos o el aceite de palma son algo natural en la cultura corporativa” de la empresa. Pero eso no es todo, advierte que “todavía hay productos en los que el trabajo infantil juega un papel importante, sobre todo el cacao. En general, también hay derechos humanos y derechos de los trabajadores, porque éstos influyen en la forma en que los niños pueden crecer en otros países del mundo y en el hecho de que tengan o no acceso a la educación, los alimentos, la vivienda segura y cosas por el estilo”, asegura.
Otra cuestión ambiental es el agua, “que en muchos países es bombeada por la compañía, embotellada y luego vendida de nuevo a la población. De este modo, el grupo dificulta el acceso básico al agua potable y en algunos casos lo hace inasequible para la población”, relata.
