Del silencio al neomisticismo

Bill Viola

“Las crecientes expresiones de lo sagrado que se dan en el arte actual podrían estar anunciando un cambio de paradigma cultural –anuncia Pablo López Raso, catedrático de Arte Contemporáneo de la Universidad Francisco de Vitoria (UFV)–. Así, la conexión con lo misterioso-trascendente que propone este tipo de creación puede interpretarse como síntoma de una inquietud espiritual latente en una sociedad que desea reencontrarse con un Dios desterrado por la modernidad”.



De hecho, López Raso anuncia: “El importante número de proyectos artísticos relacionados con la expresión de lo espiritual nos obliga a hablar de un neomisticismo que emerge tras el largo silencio impuesto por la modernidad. Y nos invita a preguntarnos si esta reaparición de lo sagrado en el arte puede ser solo una moda pasajera en una sociedad secularizada que perdió la esperanza en la revolución moderna, o si es, tal y como creemos, una reacción más profunda dentro de una posmodernidad relativista que se plantea la recuperación de valores y virtudes”.

Ese neomisticismo que se ha ido abriendo paso en el arte más contemporáneo –y en el que Pablo López Raso apunta, por ejemplo, a Bill Viola, Marina Abramovic, Gerhard Richter, Michael Landry, Richard Long o Bruce Nauman– cobra más sentido aún en estos tiempos: “No sería despreciable pensar en este sentido, que quizá estemos frente a una reivindicación de lo ético en unos tiempos de posverdad en los que la integridad del sabio-santo es anhelada”.

Acerca de estas “vicisitudes de lo sagrado en el arte contemporáneo” ha encaminado su línea de investigación en Diseño y Bellas Artes la Universidad Francisco de Vitoria, con Pablo López Raso al frente. “Nosotros investigamos la trascendencia y espiritualidad en el arte, a Dios en el arte contemporáneo. Esto tiene dos ámbitos ya que, por una parte, estaría la observación de una imaginería sagrada contemporánea –explica el catedrático–, porque lo cierto es que lo interesante y alucinante de la Iglesia es que no tiene un estilo propio artístico, sino que ha sabido rodearse siempre de los mejores artistas a través de los tiempos y que, además, toda la iconografía cristiana demuestra que no es una religión de libro, una religión convencional, sino que lo que hace es estar en diálogo con alguien vivo como Cristo. Y, por tanto, hace siempre vibrar y hace siempre actual lo que representa”.

Dios en el arte contemporáneo

El segundo ámbito es la ratificación de este neomisticismo. “Observamos a ciertos artistas contemporáneos que, desde principios de este siglo, comienzan a expresar inquietudes espirituales. No de una manera claramente religiosa, pero sí con elementos o expresiones que nos llevan a preguntas nada modernas, sobre lo interior, lo subjetivo, lo inmanente”. Es decir, como precisa el también director académico de Diseño y Bellas Artes de la UFV: “De repente se abren al misterio, a las preguntas por el sentido de la existencia, que les llevan, a lo mejor, a formulaciones no religiosas ni católicas, pero que, a veces, sí echan mano de elementos prestados de ciertos ritos o de ciertas creencias y que, en algunos casos, sí pueden considerarse cristianos”.

López Raso considera, además, que este es “un fenómeno generalmente evitado o silenciado por la historiografía artística”, como ha ocurrido con lo que denomina “la imagen sagrada de la modernidad”, especialmente en las vanguardias del siglo XX. Pese a ser este un siglo donde la secularización provocó que muchos artistas abandonaran el sentido religioso, “ciertos creadores siguieron encontrando inspiración en el misterio de lo numinoso en algún momento de su carrera”, destaca el catedrático. Y cita, en concreto, la obra de Mark Rotkho y la influencia que sobre él ejercieron los místicos europeos, especialmente san Juan de la Cruz. La irrupción del neomisticismo en las dos últimas décadas tiene inevitables paralelismos con aquellas vanguardias. “La permanencia de lo sagrado en el arte contemporáneo no debería admitir discusión y, sin embargo, nos encontramos con una importante resistencia por parte de cierta historiografía”.

Lea más:
Noticias relacionadas
Compartir