“Fue uno de los profesores fundadores de la Facultad de Derecho Canónico; fue profesor ordinario, titular y emérito. Dictó numerosos cursos, tanto en la Licenciatura como en el Doctorado, y siempre se caracterizó por la calidad de su trato y su cercanía con alumnos y profesores”, expresó el R.P. Daniel Medina, osa, decano de la Facultad de Derecho Canónico de la UCA.
- LEE Y DESCARGA: ‘Un plan para resucitar’, la meditación del papa Francisco para Vida Nueva (PDF)
- Regístrate en el boletín gratuito y recibe un avance de los contenidos
Nació en Valencia (España) en noviembre de 1930. Se recibió de abogado, y viajó a la Argentina. Ingresó al Seminario Arquidiocesano y fue ordenado sacerdote, el 5 de diciembre de 1964. Luego, se especializó en Derecho Canónico y en Sagrada Teología.
Se desempeñaba, hasta la actualidad, como presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional. Fue profesor de la Facultad de Derecho Canónico, miembro del Consejo de Asuntos Jurídicos (CAJ) del episcopado, y de la Sociedad Argentina de Derecho Canónico (SADEC). Miembro y presidente honorario de la Sociedad Argentina de Cultura, y capellán de los colegios San Pablo y del Etcheverry Boneo.
Discípulo, según sus palabras, del P. Luis María Etcheverry Boneo, fue el postulador de su causa de canonización. Además, desde hace 30 años formaba parte de la Asociación Cristo Sacerdote, donde fue miembro fundador y secretario. También fue autor de varios textos referidos a la espiritualidad y al derecho canónico.
Su relación con el Papa
En el Seminario Metropolitano de Buenos Aires, el P. Bonet tuvo un compañero particular, Jorge Bergoglio.
El Santo Padre, en aquel momento, tuvo una complicación pulmonar y requirió de una transfusión sanguínea. El Padre “Pepe” y otro seminarista, le donaron sangre, y así lo recordaba: “Fue en el llamado Hospital Sirio Libanés, muy cercano al seminario. Lo visitábamos en los ratos libres y pasábamos parte del día con él. Incluso a veces nos quedábamos a dormir en el hospital. Lo cuidábamos y sufríamos mucho por él”. Según su opinión, aquel seminarista, fue ejemplar en el sufrimiento, sereno y paciente, y con un gran sentido de la gratitud.
La Misa exequial
Por la pandemia y el aislamiento social, de su despedida han participado muy pocas personas. En la misa exequial, presidida por el P. Diego de Campo, concelebraron Mons. Antonio Aloisio, y los padres Francisco Morad y Osvaldo Milano. Además, estuvieron presentes los jóvenes del colegio universitario, el personal de la casa y personal sanitario que lo acompañó, y su asistente y notario, el Dr. Esteban Costanzo.
Por su parte, el presidente y secretario del episcopado, Oscar Vicente Ojea y Carlos Humberto Malfa, respectivamente, también celebraron una misa por el eterno descanso de Mons. Bonet.
En un comunicado la Comisión Ejecutiva, agradeció “la íntegra vida sacerdotal de monseñor Bonet, su servicio fiel y prudente a la Iglesia, justo y misericordioso como presidente del Tribunal Eclesiástico Nacional”, y envió sus condolencias.
Fuente: AICA
