La Iglesia de Chile hospeda a migrantes

La pérdida de sus trabajos les ha dejado sin dinero. Muchos han debido abandonar las piezas que arrendaban. Acuden a sus embajadas para regresar a sus países, pero las fronteras están cerradas. En la calle, frente al Consulado de Perú, ha habido hasta 300 personas por más de dos semanas alojando en carpas o bajo toldos; aunque algunos bolivianos fueron trasladados a Iquique, hay más de 200 instalados frente al Consulado; en la vereda de la embajada de Venezuela en Chile ocurre otro tanto con cientos de mujeres, hombres y niños a quienes los vecinos ayudan con ropa, alimentos, carpas. El frío empieza a marcar cero grados al amanecer. La Municipalidad y parroquia del lugar les han proporcionado baños, agua y algunos enseres de limpieza.



Volver a su país

La parroquia latinoamericana, sede del Instituto Católico de Migración (INCAMI), ha coordinado las acciones para encontrar albergues donde instalarles. Así, esta semana se han ido trasladando a peruanos y venezolanos, en primer lugar mujeres embarazadas y niños, a colegios católicos del sector. Otro tanto ha ocurrido con 150 bolivianos que buscan regresar a su país y que fueron llevados a un colegio habilitado como albergue. “Queremos volver a nuestro país, porque vinimos por una temporada y estamos aquí estancados, sin dinero, sin poder pagar una pieza”, dijo una de las afectadas.

El canciller chileno, Teodoro Ribera, informó que ha tomado contacto con sus similares de los países que tienen personas acampando en sus consulados o embajadas, y les pidió que los dejen retornar. Dijo que en las últimas dos semanas 102.000 chilenos han podido retornar al país, gracias a la colaboración entre la Cancillería y las líneas aéreas

Abrir las fronteras

“Sin embargo, hay países que tiene normas mucho más severas y no dejan ingresar ni a los extranjeros y tampoco a sus propios nacionales. Esa es una situación que nos complica”, explicó. “En Santiago estamos con muchas personas que están fuera de sus respectivos consulados o embajadas, buscando como retornar a dichos países”, añadió, en referencia a la situación de venezolanos, peruanos, bolivianos y colombianos.

“Eso nos preocupa mucho, llama la atención y llama también a la preocupación. Queremos que las personas que están en Chile y quieren retornar a sus países puedan hacerlo. Nos gustaría que los países que tiene sus fronteras cerradas las abran”, añadió.

Desde la Cancillería informaron que ese Ministerio ha dispuesto un vuelo humanitario entre Santiago y Colombia para repatriar a colombianos varados en Chile y traer de regreso a compatriotas que están en ese país. El vuelo de ida -Santiago a Bogotá- quedó programado para el próximo 9 de junio y serán trasladados colombianos con alto nivel de vulnerabilidad económica y social producto de la pandemia del Covid-19. La lista de pasajeros colombianos autorizados a viajar estará a cargo del consulado de ese país.

Vivir mejor

El Arzobispado de Santiago, por su parte, ha dispuesto una Casa de Retiros, la sede de la Vicaría de la Esperanza Joven y 3 parroquias en diferentes lugares de la ciudad, para acoger a personas en situación de calle o a migrantes, en algunos casos en alianza con la Municipalidad del sector. Además, puso a disposición de la autoridad sanitaria otros 17 lugares.

El Obispo Auxiliar de Santiago, Cristián Roncagliolo, dijo que “este albergue que se habilita es una nueva expresión del trabajo mancomunado con una municipalidad. Estamos todos trabajando juntos en generar una virtuosa corriente de solidaridad y esto, es una expresión de ello. Más de 40 personas en situación de calle que durante este tiempo vivirán en un albergue las 24 horas del día, tendrán las comidas y también una serie de elementos que les ayudarán a vivir mejor, con dignidad”. Además, hasta ahora, el Arzobispado de Santiago ha ayudado a más de 2.500 personas de otros países que han pasado por estas difíciles condiciones.

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