Los colegios de las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús, unidos en la Fundación Sofía Barat

  • Los 14 centros educativos de la congregación fundada en Francia adoptan una nueva forma jurídica para “dar continuidad y garantizar la riqueza, el crecimiento y la vivencia del carisma”
  • La experiencia de los dos últimos años para quienes han liderado el proceso es que “estamos viviendo un cambio en continuidad”

Fundación Sofía Barat

La vida religiosa en España, sobre todo en un campo tan amplio y en el que está tan extendida como la escuela, sigue dando pasos para revitalizar su presencia. En este sentido las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús han constituido la Fundación Educativa Sofía Barat, que agrupa todos los colegios de España de la congregación. Un proceso que comparten con Vida Nueva Fernando Orcástegui, director del equipo de Titularidad de la Fundación Educativa Sofía Barat; y la religiosa Paqui Rodríguez, coordinadora del Ámbito de Pastoral en la fundación.



PREGUNTA.- Desde el pasado mes de marzo, los colegios de la Congregación de Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús forman la Fundación Educativa Sofía Barat, ¿qué supone esta nueva fórmula?

RESPUESTA.- Tras un proceso de reflexión semejante al que han ido realizando otras congregaciones, las Religiosas del Sagrado Corazón de Jesús deciden constituir la Fundación Educativa Sofía Barat con el objetivo, reflejado en su Carta Fundacional, de “dar continuidad y garantizar la riqueza, el crecimiento y la vivencia del carisma en nuestros centros”. Las religiosas del Sagrado Corazón se han caracterizado a lo largo de su historia por la capacidad de leer desde un espíritu abierto los signos de los tiempos para responder con audacia y generosidad.  No en vano, una de las frases de la fundadora que más repetimos últimamente es algo que dijo a sus 88 años: “los tiempos cambian y nosotras debemos cambiar con ellos”.

Y en estos momentos, el cambio necesario pasa por la cesión de la titularidad de la acción educativa de los centros de la congregación a la nueva fundación. Los motivos los expuso claramente la provincial de España en la carta con la que comunicaba la decisión a los educadores de los centros: un proyecto educativo valioso al que queremos dar continuidad,  la progresiva disminución de religiosas que puedan liderar los colegios y dar continuidad al carisma en ellos,  un recorrido de muchos años con educadores seglares que viven su vocación desde la misión compartida y que desde hace mucho tiempo se responsabilizan de los centros desde las tareas directivas. A esto hay que añadir la petición de crear una entidad jurídica propia para los centros educativos por parte del Consejo General de Roma, así como el asesoramiento de expertos y la experiencia de otras congregaciones.

¿Qué supone esta nueva fórmula? El “mantra” que desde el Equipo de Titularidad hemos repetido en los dos últimos años es que estamos viviendo un “cambio en continuidad”. Y es verdad, los 14 colegios que ahora formamos parte de la Fundación Educativa Sofía Barat llevamos desde el año 1999 trabajando en Red, primero en dos provincias separadas y desde el 2014 como provincia única. Eso quiere decir que llevamos casi dos décadas compartiendo proyectos pastorales, educativos y de gestión para aprovechar la riqueza individual de cada colegio para el crecimiento de todos. Por eso, los colegios y las comunidades educativas en su día a día no van a notar grandes cambios. Se mantienen los conciertos con la administración educativa, se subrogan los contratos del personal, continúan los equipos directivos y las religiosas que trabajan o colaboran como voluntarias en los centros.

El cambio fundamental consiste en que la titularidad que antes estaba en manos de la Congregación y en su nombre, del Consejo Provincial, a partir de ahora la ejercerá el Patronato de la Fundación, constituido por nueve miembros (cuatro religiosas y cinco seglares) elegidos por la propia Congregación. El Patronato que es el órgano de gobierno de la Fundación nombra al Equipo de Titularidad, del que forman parte el Director General y los coordinadores de los ámbitos de trabajo (Pastoral, Pedagógico, Económico- Jurídico y de Desarrollo de Personas). Este equipo es el responsable de la dirección de la Fundación y de la actividad de los colegios. En los últimos meses todos los implicados han trabajado estrechamente para que este cambio haya podido realizarse con éxito.

Fernando Orcástegui, director del equipo de Titularidad, y Paqui Rodríguez, coordinadora del Ámbito de Pastoral

Visión audaz y universal

P.- ¿Por qué se ha elegido en concreto el nombre de Santa Magdalena Sofía Barat, fundadora de la congregación? 

R.- En los encuentros realizados entre religiosas y seglares dentro del proceso se plantearon posibilidades  hasta que el Consejo Provincial tomó la decisión final. En las últimas décadas los centros educativos que hoy forman parte de la Fundación hemos trabajado juntos como  Red de Colegios y desde siempre nos hemos identificado con el carisma de la congregación: descubrir y manifestar el amor del Corazón de Jesús en un mundo herido y bendecido a través del servicio de la educación.

Pero el origen de esta misión se encuentra en la profunda vida interior y en la visión audaz y universal de Sofía Barat, que supo intuir que la mejor manera de reconstruir la sociedad herida por los conflictos y las desigualdades de su tiempo era la educación de personas fuertes y generosas capaces de cambiarla. Llevar su nombre nos compromete a renovar con fidelidad creativa sus intuiciones educativas.

Herencia y horizonte

P.- ¿Qué es lo que no ha cambiado desde aquel primer colegio en 1846?

R.- Ser fieles al carisma del Sagrado Corazón no puede significar repetir sin más lo que otros hicieron en el pasado o tratar de mantener obras, estilos educativos, pastorales o de organización que ya no son propios del siglo XXI. Como decía antes, nuestra fidelidad debe ser creativa. Por eso, nos gusta hablar de “herencia y horizonte”.

Es cierto que muchas cosas han cambiado en la sociedad, la Iglesia y la educación en nuestro país desde ese primer colegio en Barcelona. En concreto en el mundo de la educación todos los colegios estamos implicados en procesos de innovación pedagógica y metodológica y en la pastoral estamos en continua búsqueda para renovar y adaptar nuestras acciones y nuestros lenguajes a los niños y los jóvenes de hoy.

Sin embargo, cuanto más profundizamos en la innovación pastoral y educativa, más conscientes nos hacemos del valor de las líneas fuerza de la pedagogía del Sagrado Corazón que han estado presentes desde el principio. Son como las raíces de un árbol centenario que hoy sigue dando frutos. También solemos decir que estamos cambiando los “cómos”, pero seguimos fieles a nuestros “porqués” y “paraqués”.

Sofía Barat tuvo la genialidad de crear los “Planes de Estudios” que desde 1806 hasta 1954 constituyeron un verdadero curriculum que se aplicaba con gran éxito en todos los centros de la congregación y que se fueron renovando y adaptando a lo largo del tiempo. La propia Sofía dejó escrito al final de su vida: “los tiempos cambian y nosotras debemos cambiar con ellos”.

En estos planes descubrimos ya las siete líneas fuerza que no han cambiado desde entonces: partir de la realidad y de la experiencia, poner en el centro a la persona del alumno/a, el acompañamiento personal, una formación exigente, un ambiente de familia, una educación cimentada en la alegría del Evangelio y unos educadores formados.

P.- ¿Cuál es el valor de la concertada en la sociedad actual?

R.- Todos somos conscientes de que nos encontramos en un momento delicado para la escuela concertada. Creemos que el modelo actual en el que coexisten dos redes complementarias, financiadas con fondos públicos, y que realizan por tanto un servicio público, ha funcionado razonablemente bien. Por eso es necesario un pacto educativo, que entre otros temas en los que el consenso es muy necesario, contemple una estabilidad para este modelo. Esto supone que todos los agentes asuman que existen visiones e intereses diferentes a los suyos y lleguen a acuerdos o, al menos, a compromisos a pesar de los desacuerdos.

Nosotros reivindicamos el valor de la escuela concertada. La escuela concertada garantiza la libertad de enseñanza, ofrece una enseñanza de calidad, acoge la diversidad, es integradora y plural, es pionera en innovación educativa, educa en valores, crea equipos de profesores formados y competentes y comunidades educativas activas y participativas. Estas “verdades” nos reivindican, pero también son compromisos que nos exigen mucha honestidad y coherencia.

Una pastoral en clave misionera

P.- ¿Qué enfoque tiene la pastoral escolar de nuestros días?

R.- Entiendo que la acción pastoral en nuestros colegios está al servicio del Reino de Dios, anunciando el Evangelio y sus exigencias de amor, de reconciliación, de justicia y de solidaridad. En nuestros colegios esta acción la llevamos a cabo como comunidad educativa y va dirigida a todas las personas que la formamos, asumiendo la apasionante aventura de educar evangelizando en los colegios hoy.

En este sentido creo que el enfoque, las claves de la propuesta pastoral hoy han de llevarnos a vivir: una pastoral de encarnación, que no se aleje de la realidad, que sea inclusiva, que descubra que el Reino ya está presente en la vida de las personas, en la cultura, en la sociedad, que parte de la vida, de la realidad y de la experiencia. Una pastoral centrada en la persona, en la relación y el acompañamiento, ofreciendo un itinerario de experiencias diversas que vayan ayudando a unificar desde el interior todas las dimensiones de la persona y dando sentido.

Una pastoral sistémica, que ilumine, que de sentido y coherencia a toda la vida del colegio. Una pastoral que desarrolle la competencia espiritual, que nos ayude a acompañar la búsqueda del sentido de la vida, la vivencia del Misterio que habita en el interior de cada persona y del mundo, la capacidad de vivir desde dentro, de educar la interioridad, de iniciar en la oración. Una pastoral en clave misionera, de encuentro, de diálogo, comprometida con la justicia, la paz y la integridad de la creación.

Una pastoral, por último, comunitaria, donde todos nos sintamos comprometidos en esta misión y acompañemos procesos de maduración personal y en la fe. Una pastoral que vaya consolidando una comunidad creyente que comparte y celebra su fe y su compromiso y que sea referencia comunitaria que visibilice la eclesialidad en el ámbito educativo.

P.- ¿Es la propuesta pastoral específica de vuestra fundación el ‘alma’ de vuestra escuela?

R.- Eso queremos, hacia eso caminamos cada día. Nos impulsa nuestra misión de vivir toda nuestra acción educativa fundamentada en la concepción cristiana de la persona y del mundo participando así en la misión evangelizadora del la Iglesia. Procuramos y ponemos cuidado en que el Evangelio sea el horizonte de referencia de todas nuestras opciones educativas.

Tenemos de fondo, y nos recordamos frecuentemente que, en todo lo que hacemos, queremos despertar, cuidar y alimentar en cada persona una relación personal, íntima y positiva con Dios, que le acompañe a lo largo de toda su vida. Educamos así al estilo de Sta. Magdalena Sofía Barat, nuestra fundadora, mujer atenta al Espíritu y cuyo deseo más hondo era que cada persona descubriera el amor hondo de Dios, el Corazón abierto de Jesús. Hacemos nuestra su visión de  educar personas apasionadas por la vida, capaces de transformar el mundo y  tratamos de concretarla detrás de cada iniciativa, de cada acción, 

Encuentro y diálogo

P.- Un colegio es siempre un lugar de encuentros, ¿cómo ayuda la pastoral a descubrir el valor de los demás?

R.- Nuestra pastoral educativa se construye necesariamente en clave misionera, en clave de encuentro y diálogo. En nuestras aulas, patios y pasillos conviven gentes diversas, para los que creencias, valores, rituales, moral o sentido de la vida son cuestiones plurales y abiertas. La clave misionera nos exige ajustar nuestras propuestas a esta realidad diversa. El encuentro y el diálogo con personas de creencias y culturas diferentes constituye una oportunidad de crear espacios en los que eduquemos en la defensa de la dignidad humana por encima de credos, razas y naciones y será garantía de un mundo más justo y fraterno.

Toda nuestra acción pastoral está anclada en el Evangelio y sus valores. Nuestra acción pastoral contribuye a educar en la gratuidad, la corresponsabilidad, el diálogo, la solidaridad, la honradez, el servicio, el cuidado de la creación, el sentido crítico, el respeto a la vida y a la dignidad de las personas, la amistad y la confianza, la verdad, la paz y la reconciliación, la inclusión y la valoración de las diferencias. 

P.- ¿Cómo caminan juntas en el enfoque pastoral todas las escuelas de la fundación?

R.- Tenemos un plan marco de pastoral común a los 14 colegios que marca la líneas fuerza de nuestra acción  pastoral  y  que se  concreta en los planes de pastoral de cada colegio. Este Plan Marco nos muestras las líneas pastorales a seguir y nos ayuda a dar a nuestra pastoral un impulso común aprovechando la riqueza de nuestra diversidad.

Hemos establecido un itinerario de valores en el que focalizar nuestro trabajo y desde los que vivimos un  lema  común , que cada año impulsa y da coherencia a nuestro trabajo educativo y pastoral.

Trabajamos en red los coordinadores y equipos de pastoral de los colegios, compartiendo visión, planes y proyectos, tenemos espacios de formación que van tejiendo la red , el encuentro, la misión y la visión compartida en nuestros centros: encuentros y trabajo conjunto de los coordinadores de pastoral, coordinadores del proyecto de educación de la interioridad “Desde Dentro”, coordinadores del proyecto Grupos Barat de pastoral extraescolar, formación pastoral para nuevos educadores, para equipos de pastoral, espacios de actualización y formación teológico-pastoral, etc.

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