El Papa advierte en la audiencia general de que “la magia no es cristiana”

  • Durante su catequesis en la plaza de San Pedro, pide a los fieles que eviten “las cartas del tarot y la lectura de las manos por adivinos” y opten en cambio por “rezar y confiar en el Señor”
  • La fe supone “abandonarse confiado en las manos de Dios, que se hace conocer no a través de prácticas ocultas, sino que se nos revela como amor gratuito”

La fe en Cristo es “incompatible” con la magia. Lo dejó bien claro el papa Francisco durante la audiencia general que presidió este miércoles en la plaza de San Pedro del Vaticano, en la que improvisó sobre el texto que tenía preparado para advertir de que “la magia no es cristiana” y pedir a los fieles que eviten “las cartas del tarot y la lectura de las manos por adivinos”.



Estas prácticas no solo son algo del pasado, lamentó el Pontífice, pues “también hoy en las grandes ciudades los cristianos van a estas cosas”. Recurrir a adivinos para tratar de “adivinar el futuro o cambiar situaciones de la vida” es algo que va en contra de la fe. “Reza y confía en el Señor”, propuso en cambio Jorge Mario Bergoglio, destacando la fuerza de “la gracia de Cristo”.

La catequesis de este miércoles estaba centrada en el libro de los Hechos de los Apóstoles, en particular la experiencia de Pablo en Éfeso y Mileto, última etapa de su apostolado en Asia Menor. La “potencia de Dios que irrumpió en Éfeso”, remarcó Francisco, desenmascaró a quienes “usaban el nombre de Jesús para realizar exorcismo sin tener la autoridad espiritual para hacerlo” al tiempo que reveló “la debilidad de las artes mágicas”.

Recomendación de lectura

Quedó así claro que quienes eligen a Cristo “no pueden recorrer al mago”, pues la fe supone “abandonarse confiado en las manos de Dios, que se hace conocer no a través de prácticas ocultas, sino que se nos revela como amor gratuito”.

En su alocución, el Papa celebró en varios momentos la “belleza” del discurso de despedida de Pablo a los ancianos venidos de Éfeso. “En sus palabras, destacaba que el servicio humilde y desinteresado fue una pauta durante todo su ministerio y que se abandonaba al Espíritu Santo que lo conducía a Jerusalén, para ser probado”, dijo el Pontífice, invitando a los fieles a que no dejaran de leer el capítulo 20 de los Hechos de los Apóstoles a partir del versículo 17.

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