‘Motu Proprio’ del Papa: el Archivo Apostólico Vaticano deja de ser “secreto”

  • Creado hace cuatro siglos por Pablo V, desempeña un “meritorio servicio eclesial y cultural”
  • “El término ‘secretum’ comenzó a ser malentendido, a teñirse de tonos ambiguos e incluso negativos”
  • A partir del 2 de marzo de 2020, Francisco desclasifica toda la documentación del pontificado de Pío XII

Pío XII

Según acaba de anunciar la Santa Sede este lunes 28 de octubre, el papa Francisco establece, a través de un ‘Motu Proprio’, que el Archivo Secreto Vaticano pase a denominarse Archivo Apostólico Vaticano. Un cambio aparentemente mínimo, pero muy significativo, por todo el significado que encierra la palabra “secreto”, y más tratándose del conocimiento de la Historia.

Nacido hace 400 años “del núcleo documental de la Cámara Apostólica y de la propia Biblioteca Apostólica (la llamada Bibliotheca Secreta)”, el archivo papal adquirió su hasta ahora nomenclatura, Archivum Secretum Vaticanum, a mediados del siglo XVII, unos 30 años después de su nacimiento, cuando se integró “en salas adecuadas del Palacio Apostólico” y “creció con el tiempo en notable consistencia e inmediatamente se abrió a solicitudes de documentos que llegaron al Romano Pontífice, al Cardenal Camerlengo y luego al Cardenal Archivista y Bibliotecario de cada uno”.

Apertura oficial, en 1881

El primer cambio de relevancia se dio a finales del siglo XIX, en 1881, cuando se produjo la apertura oficial del archivo a historiadores de todo el mundo. Antes, era una práctica habitual la colaboración con muchos historiadores por parte de “custodios y prefectos del Archivo Secreto del Vaticano”, que facilitaban copias y originales. Pero la apertura oficial, como tal, solo se dio entonces.

Como enfatiza Bergoglio, ha sido en esta etapa contemporánea cuando más se ha ahondado en esta vía de colaboración, siendo una práctica habitual de los papas las aperturas parciales de los tiempos que marcaron los pontificados de sus predecesores. Así, si bien es algo que se ha dado “cada vez más, desde León XIII hasta nuestros días”, el mismo pontífice argentino confirma que, “a partir del próximo 2 de marzo de 2020”, se desclasificará toda la documentación “hasta el final del pontificado de Pío XII”; una época sin duda muy demandada por muchos historiadores para poner luz, definitivamente, en su posición frente al nazismo y a favor del pueblo judío.

Un término equívoco

Para el Santo Padre, si bien se ha ido actualizando “este meritorio servicio eclesial y cultural”, dotándolo los respectivos papas “de personas, medios e incluso nuevas tecnologías”, faltaba profundizar en un matiz: “La misma denominación del instituto”.

“El término ‘secretum’ –detalla Francisco–, que llegó a formar la denominación propia de la institución, prevaleció en los últimos siglos y estaba justificado porque indicaba que el nuevo archivo, buscado por mi predecesor, Pablo V, alrededor de 1610-1612, no era más que el archivo privado, separado, reservado por el papa”.

Acepción negativa

Actualmente, debido a “los cambios semánticos progresivos que se han producido en los idiomas modernos y en las culturas y sensibilidades sociales de diferentes naciones, en mayor o menor medida, el término ‘secretum’, vinculado al Archivo Vaticano, comenzó a ser malentendido, a teñirse de tonos ambiguos e incluso negativos”, asumiendo “el significado perjudicial de estar oculto, no ser revelado y estar reservado para unos pocos”.

Puesto que esto representa “todo lo contrario de lo que siempre ha sido y pretende ser el Archivo Secreto del Vaticano”, Bergoglio concluye que, “de ahora en adelante, el Archivo Secreto Vaticano actual, sin nada que cambie su identidad, su estructura y su misión, se llama Archivo Apostólico Vaticano”.

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