Las catedrales españolas se blindan por el “efecto Notre Dame”

La Comisión Episcopal de Patrimonio Cultural, que preside Juan José Asenjo, presentó a la Comisión Permanente, celebrada entre el 25 y el 26 de junio, una propuesta para elaborar un protocolo para la gestión de seguridad, principalmente preventiva, de los Bienes de Patrimonio Eclesiástico.

“Es una propuesta. Y ahora hay que empezar a hacer un documento. No porque se vayan a quemar las iglesias, sino porque tenemos que establecer un protocolo en el que, ante cualquier incidente, lo prioritario sean las personas. Es lo primero. Y, después, lo segundo, que también son importantes, los bienes culturales”, explica a Vida Nueva el director del secretariado de esa comisión, Pablo Delclaux de Muller.

Prevención de riesgos

En este documento estarían incluidas las catedrales y todos los edificios declarados Bienes de Interés Cultural (BIC), especialmente los que albergan colecciones artísticas, documentales y bibliográficas. “Se establecerá una línea de actuación para todos los templos y todos los lugares de afluencia pública, y que en caso de accidente diga cómo actuar –prosigue Delclaux–. Lo que ya tienen muchas catedrales en España, que es un plan de prevención de riesgos, hacerlo extensible a cualquier lugar de afluencia pública. Especialmente, los Bienes de Interés Cultural por su valor artístico”.

Como señala Delclaux, “hay otros muchos edificios, no solo históricos o artísticos, que no tienen este plan de prevención de riesgos que ya poseen muchas catedrales. No es novedoso. Lo que hacemos es actualizarlo y llevarlo a otros lugares eclesiásticos de asistencia pública. No solo los templos, sino que también entrarían desde museos, bibliotecas y archivos a oficinas diocesanas, y un largo etcétera”. “Lo que intentamos es que el que no lo tenga, lo empiece a tener; y el que lo tenga, que lo revise, a ver si está homologado, si está al día”, añade el secretario.

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