Elías Yanes, “un pastor que buscó la unidad entre los obispos”

  • Vicente Jiménez preside el funeral por el arzobispo emérito de Zaragoza en El Pilar
  • El papa Francisco envía un telegrama en el que destaca “la entrega pastoral” de quien fue el presidente del Episcopado español

Un pastor que “buscó la unidad entre los obispos”. Así recordaron sus hermanos en el episcopado a Elías Yanes en el funeral celebrado esta mañana, a las 12 del mediodía, en la catedral basílica del Pilar de Zaragoza, archidiócesis que el pastor canario –fallecido en la medianoche del pasado viernes 9 de marzo, a los90 años de edad– pastoreó durante 28 años.

Cinco cardenales, cuatro arzobispos y 16 obispos concelebraron una ceremonia que estuvo presidida por el arzobispo de Zaragoza, Vicente Jiménez, flanqueado por los cardenales Ricardo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal Española, y el cardenal de Barcelona, Juan José Omella, que había sido auxiliar de Yanes en Zaragoza.

Los pastores de la transición y el postconcilio, entre ellos don Elías, tuvieron clarividencia de maestros y seguridad de guías. Son merecedores de nuestra más sincera gratitud”, señaló Jiménez durante la homilía, que fue seguida por los cientos de fieles que abarrotaban el templo, y que desde el mediodía del domingo 11 de marzo, fueron desfilando de manera continua por la capilla ardiente, instalada en el Salón de Tronos del Arzobispado.

Impulsor de la sinodalidad

“Como presidente de la Conferencia Episcopal, don Elías busco la unidad entre los obispos fomentando el afecto colegial y la sinodalidad”, apuntó el arzobispo, quien aprovechó para “reconocer públicamente la deuda de inmensa gratitud que toda la diócesis de Zaragoza, y el pueblo de Aragón, tenemos contraída con don Elías. Que Dios que es el mejor pagador se lo sepa recompensar”.

Un servicio a la Iglesia para el hombre que lo fue todo en la Conferencia Episcopal Española (secretario general, vicepresidente y presidente) reconocido también por el papa Francisco, quien hizo llegar a Vicente Jiménez un telegrama en el que muestra “su profundo pésame y paternal cercanía” por la pérdida de un pastor “que con ejemplar celo y entrega pastoral sirvió a esa Iglesia particular durante tantos años”.

Los restos mortales del arzobispo emérito recibieron finalmente sepultura en la cripta, siendo depositados en el nicho más elevado del lado del evangelio, justo al lado del brazo derecho de la cruz que preside la capilla mortuoria, según informan desde el Arzobispado aragonés.

 

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