Nuevas medidas de reacción eclesial a la crisis de los venezolanos

El cardenal Salazar, arzobispo de Bogotá, proyecta la creación de un albergue y más comedores comunitarios

Un nuevo centro de acogida en favor del migrante será creado por la Arquidiócesis de Bogotá en el barrio San Bernardo. Esto, en atención a la creciente llegada de venezolanos a Colombia en condiciones de vulnerabilidad social.

Así lo confirmó el cardenal Rubén Salazar en días pasados, al dar a conocer una serie de acciones solidarias con las cuales su jurisdicción pretende responder a la crisis humanitaria que se vive en la capital. Entre ellas se cuenta la creación de nuevos comedores comunitarios. Uno estará ubicado en la localidad de Santa Fe y el otro en el sector de San Victorino (centro de la ciudad).

Según informó a Vida Nueva Adriana Pinzón, encargada del centro de acogida al migrante que la Arquidiócesis tiene dispuesto en el terminal de transporte terrestre y desde donde algunas veces son remitidas personas a un albergue católico en la ciudad, el número de venezolanos que ha llegado en los últimos meses a Bogotá ha desbordado la capacidad de reacción de la Iglesia local. Se entiende por qué ahora nuevas estrategias se están buscando para responder a este desafío pastoral.

Rubén Salazar llama a la ciudadanía a socorrer a los ciudadanos de Venezuela; y a las instituciones del país les ha pedido avanzar en medidas que garanticen su acogida.

Con estas disposiciones, el arzobispo de Bogotá, presidente del CELAM, secunda otras iniciativas desarrolladas en el país por parte de la Iglesia Católica. Víctor Manuel Ochoa, al frente de la Diócesis de Cúcuta, ha dispuesto que ocho parroquias de la región den prioridad a la situación del migrante. El prelado advierte que entre esta población hay que considerar la presencia de familias de colombianos que se habían trasladado a Venezuela años atrás y hoy retornar en busca de atención médica y soluciones para su situación de precariedad.

La diócesis también tiene un centro de acogida administrado a la luz del carisma scalabriniano. Además: puntos de información para quienes van de paso hacia otros países; comedores comunitarios en barrios periféricos y programas dedicados a hacer frente a las urgencias más acuciantes, como es la situación de las madres gestantes.

Meses atrás Ochoa viajó al Vaticano en compañía del obispo venezolano de San Cristobal, Mario del Valle Moronta. Ambos fueron recibidos por el Papa y reflexionaron con él sobre una respuesta cristiana a las problemáticas sociales derivadas de la crisis que atraviesa Venezuela. Como ellos, son cada vez más quienes se han sentido obligados a hacer algo en la línea de la misericordia.

 

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